"Féretros tallados a mano" es una historia en la que Capote es llamado por un amigo policía para que le ayude en la investigación de unos misteriosos asesinatos cuyo nexo de unión es que todos los fallecidos habían recibido, antes de morir, un pequeño ataúd de marquetería que contenía una foto del destinatario. La verdad es que Capote ejerce prácticamente de espectador, mientras que el policía está obsesionado con que el culpable es uno de los vecinos adinerados del pueblo y además se enamora de una de las destinatarias de uno de los féretros.
Queda muy lejos de "A sangre fría", aunque sea el mismo tipo de historia, una especie de novela periodística sobre crímenes reales. Lo que en aquélla era un estudio minucioso de un crimen, en ésta es más bien un pasatiempo para un rato en que no tenía nada mejor que hacer.
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