Eva es una pintora abstracta que no vende nada. Vive acuciada por las deudas desde que su marido y ella se separaron. Come poco, cuida de su hija Emma y pinta. Lo primero que sabemos de ella es que la han detenido y está en comisaría, con la ropa sucia y un poco zaleada.
En un flash back nos enteramos de que encuentra el cadáver de un hombre en el río, pero en vez de llamar a la policía llama a su padre para quedar con él. Y a continuación se larga con su hija a comer al McDonalds como si encontrarse un cadáver en el río fuera lo más normal del mundo.
Poco a poco sabemos que su amiga Maja ha aparecido muerta. Una amiga de la infancia a la que había reencontrado sólo unos días antes de su muerte. Esta amiga, a diferencia de ella, nada en la abundancia y gasta sin mesura; y está ahorrando para irse a vivir al sur de Francia y poner un restaurante. Maja es prostituta y trata de convencer a su amiga Eva de que ejerza junto con ella.
Empecé a leerla, pero cuando supe que Mankell había sacado otra novela de Wallander tuve que dejarla. Me reenganché un día después y no sé si es por eso o porque el protagonista, Sejer, no me acaba de gustar (y no sé por qué, porque es un tipo normal), me la he leído pero no me ha acabado de calar. Trataré de leer algo más del comisario Sejer a ver si fue mi mala predisposición o es que realmente no merece la pena.
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