26 de marzo de 2013

Matilda - Roald Dahl

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Hace un par de semanas vimos la peli todos juntos en casa. Varias compañeras de oficina me habían dicho que era muy divertida y un poco antipedagógica, pero como no sé muy bien qué quiere decir antipedagógica, se la puse a los niños y en paz. Y yo me dediqué a otras cosas tales como recoger la cocina. Pero en una de esas que pasas a ver cómo van, me enganché a la peli y me quedé a verla con ellos, y lo siguiente, al menos para mí, era leerme el libro. Roald Dahl es un autor que me gusta mucho, así que me dije que Matilda seguramente estuviera tan bien como los libros de adultos que he leído de él.

Y, desde luego, no decepciona. La película es prácticamente un calco del libro, los personajes están muy muy logrados. Pero el libro juega con ventaja: tiene ilustraciones de Quentin Blake, que ya me enamoró en "El secuestro de la bibliotecaria", de Margaret Mahy, allá cuando yo era pequeña.

Matilda es una niña lista, despierta e inteligente, que tiene la mala suerte de nacer en la familia equivocada. Su padre es un estafador de tomo y lomo, de profesión vendedor de coches de segunda mano; su madre es una mujer florero, dedicada exclusivamente a cuidar de su maridito y a jugar al bingo; su hermano es un cacho de carne con ojos. Matilda aprende sola a leer, y se lee todos los libros de la biblioteca, los que son para niños y después los que no lo son. Y cuando sus padres se dan cuenta de que tenía que haber empezado la escuela, la inscriben en una donde se encuentra con una directora, la señorita Trunchbull, que es una persona atroz, mala, suspicaz, maleducada, violenta...; y con la señorita Honey, su maestra, que es todo lo contrario: dulce, cariñosa, emocionada, capaz, positiva... La señorita Honey se da cuenta del potencial de Matilda y trata de ayudarla, pero la señorita Trunchbull no cree que sean ciertas las cosas que cuenta de la niña. El colegio es un sitio aterrador debido a la Trunchbull, pero Matilda hará lo posible por mejorarlo. 

El libro es una pasada. En cuanto pueda, lo sacaremos de la biblioteca para que lo lean los chicos (porque yo me lo he leído en mi ebook, y el ebook es MIIIIIIOOOOOO) ya que sé que les va a gustar. Por casa tengo varios de Dahl, pero no éste. Por cierto ¿sabíais que Roald Dahl es el creador de los gremlins? 

24 de marzo de 2013

Los amigos de Eddie Coyle - George V. Higgins

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No he conseguido enterarme de nada hasta prácticamente el final de esta novela. En el prólogo, Dennis Lehane, autor de Mystic River, la ensalza diciendo que es una obra maestra y que en su tiempo fue una de las mejores novelas sobre la mafia. Pero yo ya digo que no he conseguido enterarme de nada.

El protagonista, Eddie Coyle, está esperando sentencia por un asunto de tráfico de alcohol en la época de la Ley Seca. No quiere delatar a quien le contrató pero si no lo hace le esperan varios años en la cárcel. Decide hacer un trato con la policía y darle pistas sobre tráfico de armas y sobre unos atracadores de bancos. Pero alguien se le adelanta.

Y para esto, la historia se embrolla con poca claridad. Para mí, una novela perfectamente prescindible.

19 de marzo de 2013

¡¡Llama a la comadrona!! - Jennifer Worth


A este libro he llegado por recomendación de mi amiga Coquitos. Cuenta la historia de Jenny Lee, la propia autora, y de su formación como comadrona en Londres en los años cincuenta.

Jenny ha acabado la formación en el hospital, y se va a hacer las "prácticas" al centro San Ramón Nonato, un convento. Cuenta su llegada al convento, donde coincide con Sor Mónica Joan, una monja muy mayor, que la deja fascinada con su labia y su desparpajo. Pero lo que más le gusta es la sensación de sentirse arropada y de formar parte de una comunidad de personas con sentido de familia, digamoslo así, y no en plan cuartelero, como estaba en el hospital.

Pero, sin duda, lo más interesante del libro es leer cómo era un parto en esa época: la mayoría en casa con una comadrona, sin apenas medicinas, con poca intervención, bastante más respetuosos que ahora mismo. Y leer cuáles eran las condiciones de vida en el East End de Londres en esa época: paupérrimas y miserables, en muchos casos faltas de higiene, de alimentos y de casi lo más necesario. Y que, a pesar de todo, hubiera establecido un sistema de asistencia domiciliaria al parto, es una cosa que me fascina. También es interesante saber el proceso por el cual se llegaron a crear estudios oficiales para ser comadrona.

Hay dos partes de la novela especialmente intensas: el parto prematuro del vigésimoquinto hijo de Conchita Warren, y su peculiar manera de hacer el método canguro y de alimentar al bebé con el dedo; y la tremenda historia de pobreza, prostitución y embarazo de Mary, y sus posteriores consecuencias.

Cada historia, cada parto, tiene su parte intensa, su lado tierno, su momento duro. Desde luego, es un libro que merece la pena leer. 

14 de marzo de 2013

La librería - Penélope Fitzgerald


Me gusta más una librería que a un tonto un lápiz, aunque últimamente no las frecuente demasiado. Así que este libro me llamó la atención. Ser librero o librera en estos tiempos que corren es una profesión de riesgo, tal y como está el patio. 

Pero la protagonista de esta novela, Florence Green, no cree que ser librera sea una profesión de riesgo, ilusa ella, y se lanza a abrir una librería en un pueblo perdido de Suffolk, al este de Inglaterra. Para ello decide comprarse una casa vieja que lleva años abandonada y que tiene su propio poltergeist. Pero Florence descubre que, aunque hasta ese momento nadie se había interesado por el edificio, hay gente poderosa que le tenía destinado un futuro mejor, y desde ese momento se establece una batalla sorda en el pueblo. No tanto como nos pretende hacer creer la contraportada del libro (inciso: no tengo claro quién se encarga de escribir las contraportadas, pero en muchas ocasiones se equivocan con lo que cuentan, en otras directamente se lo inventan y en otras te joden el libro entero). En realidad, el libro es una caricatura de la vida en un pueblo perdido y aislado. Porque en la vida real, a Florence no le va tan mal con la librería como dice la contraportada, ni "Lolita" de Nabokov tiene un papel tan importante, aunque ya se sabe que los poderosos tienen siempre armas con las que atacar. 

Florence es lo que hoy llamaríamos una emprendedora. Y merece la pena leer este librito, que cae en un suspiro. Creo que buscaré más de la autora, aunque no sé si hay algo más publicado de ella en castellano.

11 de marzo de 2013

Orgullo y prejuicio - Jane Austen

Me leí esta novela por primera vez hace tanto que ni recuerdo, pero debía yo de andar por los 18 o 19 años. Luego la he releído al menos dos o tres veces. Si la primera vez me pareció romántica a más no poder, las restantes le vi el trasfondo crítico y satírico a la sociedad inglesa de finales del XVIII y principios del XIX. 

La familia Bennet (padre y madre, más cinco hijas casaderas: Jane, Elizabeth, Mary, Kitty y Lydia) forman un curioso grupo. El Sr. Bennet es un tipo sarcástico, resignado a su esposa, que es una cotilla inconsciente y necia. Sus hijas son de lo más variopinto: Mary está inmersa en su mundo de lecturas; Kitty y Lydia están en plena edad del pavo; Jane es una mujer sencilla, inocente, incapaz de ver la maldad de los demás; Elizabeth es una mujer inteligente y despierta, muy parecida a su padre. La familia Bennet ha educado a sus hijas un poco al "estilo melacargué": la que tenía interés, estudiaba; la que no, era dejada a su libre albedrío. La mayor preocupación de la Sra. Bennet es casar a sus hijas, ya que la casa y las propiedades familiares serán heredadas por un primo lejano, al no haber tenido los señores Bennet hijos varones. 

Cuando el Sr. Bingley, un joven soltero y acaudalado de la City, viene a establecerse a la zona, la Sra. Bennet empieza a soñar la boda de una de sus hijas. Bingley viene acompañado de sus hermanas, la Srta. Bingley y la Sra. Hurst, y el marido de ésta, el Sr. Hurst, y un amigo, el Sr. Darcy. Bingley es encantador, pero sus hermanas son dos arpías de cuidado, unas pijas de lo peor, y el Sr. Darcy parece un petulante y un cretino. Bingley coincide con las hermanas Bennet en un baile y queda prendado de Jane, mientras que Darcy hace un feo a Elizabeth no queriendo bailar con ella. Posteriormente, Jane es invitada a la casa de Bingley, pero enferma de neumonía y se ve obligada a quedarse allí unos días, para regocijo de su madre. Elizabeth decide ir a verla y a cuidar de ella, y pasa con los Bingley y sus amigos esos días, sintiéndose criticada por las mujeres y, a su vez, siendo sarcástica y mordaz con Darcy. Hoy lo llamaríamos "tensión sexual no resuelta", pero en aquel entonces no existían esas zarandajas. 

Mientras, aparece por el pueblo un regimiento lleno de militares, para locura de las hermanas pequeñas. Entre ellos destaca Wickham, guapete y simpático, que parece hacer buenas migas con Elizabeth, a la que cuenta, a modo de confidencia, cómo Darcy le había dejado sin la rectoría que le correspondía por herencia del padre de Darcy, y alimentando así la manía de Elizabeth. Además viene de visita a casa de los Bennet el primo que heredará las tierras, Collins, que es también pastor de una rectoría dependiente de Lady Catherine de Bourgh, a la sazón tía de Darcy. Collins es un gafapasta insoportable, decidido a casarse con una de las hermanas para aliviar el pesar que le produce saber que se quedarán sin nada cuando él herede, y además porque así se lo ha sugerido Lady de Bourgh.

Y cuando parece que Bingley va a pedir en matrimonio a Jane, de pronto desaparecen todos de vuelta a Londres, sin avisar. 

Como no es cuestión de reventar el resto de la historia (para eso podéis leer la wikipedia, donde lo cuentan absolutamente todo), seguiré por otros derroteros. Para mí está claro que Jane Austen quería criticar la sociedad inglesa de su momento. La verdad es que, excepto Elizabeth, el Sr. Bennet y los tíos de Elizabeth, el resto de los personajes es de echar de comer aparte: advenedizos, chillones, maleducados, fatuos, orgullosos, pijos, bordes, interesados, mentirosos, liantes, cotillas, poco discretos... Y está claro que quien triunfa en la vida, o al menos en esa vida de hace siglos, es por ser todo lo contrario: discreto, inteligente, educado, sincero... Vamos, igualito que ahora, y esto lo podemos ver en cualquiera de esos programas de tarde en los que todo el mundo chilla y pone a parir al contrario. 

A mí la vida y la maternidad me han limado. La maternidad me ha dado paciencia y aprender a no juzgar a nadie. La vida me ha hecho menos categórica y más tolerante, también menos prejuiciosa. Y bueno, un poco de orgullo no está mal que te quede. Pero todas estas mejoras han contribuido a que vea la vida de otra manera, y desde esta otra manera me doy cuenta de que lo que salva a Elizabeth no es sólo su inteligencia, sino su capacidad de dejar los prejuicios de lado, de reconocer sus errores y tratar de resolverlos. En definitiva, de ser sensato. Hoy lo que se vende es todo lo contrario: cuanto más chilles, más ordinario parezcas y cuantos más trapos sucios propios y ajenos saques, más progresarás en la vida. Eso es lo que se ve en la tele. Y de todo eso deberíamos alejarnos y alejar a nuestros hijos. ¿O no es mucho mejor ser sensato, discreto y humilde? Entre Belén Esteban y Elizabeth Bennet, me quedo con ésta última.

4 de marzo de 2013

El ángel oscuro - Unni Liddell

El ángel oscuro - Unni Liddell

"El ángel oscuro" es la segunda novela de la serie de la agente Marian Dahle. En esta ocasión, Marian se enfrenta a la muerte por defenestración de una mujer, Britt Else Buberg, que parece no haber existido, pues en la investigación no encuentran apenas datos de ella, y no parecía tener más amigos que Astrid, una anciana mujer que vive en la residencia de ancianos que hay junto al bloque donde vive. 

Además, Lilly, una muchacha polaca que trabaja en un cámping cercano, siente que la espían, lo que hace que el ambiente de la historia sea bastante desasosegante. 

La relación entre Cato y Marian sigue siendo bastante tensa, si bien a ratos parece haber una tensión sexual no resuelta. Pero Marian está inmersa en la investigación, que le lleva a recordar su propia infancia (es coreana de nacimiento, y fue adoptada por una pareja noruega, pero la madre adoptiva no estaba muy en sus cabales), y da la sensación en algunos momentos, aunque no llega a saberse, que ha sufrido abusos sexuales de pequeña. La madre de Marian  está ingresada en la misma residencia de ancianos que la amiga de Britt Else, así que es bastante normal que a Marian se le remueva el pasado por dentro.

Por otra parte, tirando de varios hilos, Cato y Marian descubren que la hija de Astrid había sido violada y había desaparecido en el mismo cámping donde la chica polaca se sentía espiada, pero 30 años atrás, y que el cámping lo dirige el hermano del asesino de esas chica, y que, casualmente, el director del cámping es amigo del portero del bloque de Britt Else...

Confieso que a ratos me he perdido. Me pasa con los nombres noruegos (y suecos, finlandeses, islandeses) como me pasaba cuando comencé a leer con los nombres ingleses: me lío con ellos. Así que hubo un momento en que yo no sabía quién estaba hablando o de quién estaban hablando.

Además, la editorial se empeña en la contraportada en contarte que Lilly desaparece al mismo tiempo que sucede la muerte de Britt Else, cuando es bastante más tarde, pero como sabes que va a suceder, te vas angustiando por las cosas que cuenta y te indignas de que sea incapaz de denunciar sus sospechas o de buscar ayuda.

La historia me ha gustado bastante, sobre todo porque se ve evolucionar la relación entre Cato y Marian, que en el primer libro era absolutamente insoportable, y que en éste va teniendo otros tintes.