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9 de noviembre de 2014

Señores niños - Daniel Pennac


Daniel Pennac nos propone esta vez una historia casi de ciencia ficción. Crastaing, un profesor gruñón a más no poder, sorprende a dos de sus alumnos (Igor y Joseph) con un dibujo en el que no sale bien parado. Un tercer niño, Nourdine, se autoacusa del dibujo. Crastaing los castiga a los tres a que hagan una redacción. El tema de la misma es que un día se despiertan y se han convertido en adultos, y sus padres han vuelto a la niñez. Además, sus padres deberán acudir a una reunión con el profesor.



Los padres ya conocen a Crastaing. En algún caso, incluso fueron alumnos suyos. Y no quieren ir a la reunión porque saben que acabarán con las orejas gachas y abroncados de mala manera.

Los hijos se resisten a escribir una sola letra de la redacción. Las vidas de cada uno se nos presentan a retazos. Igor vive con su madre viuda. Su padre murió tras ser operado de amigdalitis. Su madre busca el amor en otros hombres y no encuentra más que desechos. Joseph vive con dos padres que se aman con locura. Nourdine vive con su padre y su hermana. Su padre ha decidido ser mudo. Su hermana hace lo posible por integrarse en la sociedad y olvidar sus orígenes.

Finalmente, deciden escribir las dichosas redacciones y caen rendidos. Al despertar, se encuentran con que se han convertido en adultos y que su padres se han convertido en niños. Y tratan de afrontar dicha circunstancia de la mejor forma que pueden. Que a veces no es la mejor.

El libro es la mar de entretenido y supone una vuelta de tuerca a los viajes en el tiempo muy original. Por no hablar de la manera de enfocar los problemas de la escuela, de los alumnos y de los maestros. Altamente recomendable.

19 de julio de 2011

El señor Malaussène - Daniel Pennac


Con ésta novela, Pennac me ha acabado de convencer de que algo se mete cuando empieza a escribir: no sé si se fuma unos canutos o se mete unos tripis. Ésta cuarta entrega de la saga malausseniana se me ha hecho ya cansina. Es prácticamente de ciencia ficción. Si en la anterior Pennac nos deleitó con una resurrección in extremis y un trasplante multiorgánico que para sí quisieran en Anatomía de Grey, en ésta nos descubre una nueva técnica de tratamiento contra la infertilidad que daría envidia a muchas clínicas (y pondría la mar de contentos a los contrarios al aborto).
En esta ocasión, Julie, la pareja de Benjamín está embarazada; la madre de Benjamín ha vuelto y está sumida en algún tipo de depresión; los desahucios se suceden en Belleville, y se va destruyendo el barrio; el cine de toda la vida está a punto de demolición; y aparecen varios muertos, la mayoría prostitutas, despellejadas. La tribu de Benjamín es cada vez más numerosa, y no sé muy bien de qué viven. Y Benjamín se encuentra abrumado ante su próxima paternidad. En fin, lo de siempre. Y, como siempre, Benjamín es el principal sospechoso de los asesinatos, con tan mala pata que el encargado de la investigación ya no es el comisario Coudrier, sino su yerno, que quiere cambiar la metodología del suegro y da por culpable a Malaussène antes incluso de llevarlo al juzgado. Además hay una especie de final tramposo en medio de la novela que te deja pensando (aún más) en si todo es una vacilada o si ése día Pennac no tenía más ganas de continuar escribiendo y se sacó de la máquina un final deus-ex-machina que luego tuvo que rectificar.

En fin, que tengo la quinta novela de esta saga, pero no tengo muchas ganas de comenzarla...

17 de enero de 2011

La pequeña vendedora de prosa - Daniel Pennac


En vista de que nada de lo que empiezo últimamente me llena, vuelvo a la carga con Pennac y su serie Malaussène, con toda su tribu alrededor. Pennac me vuelve a hacer reír con esta tercera entrega de la serie. Malaussène se enfrenta a la boda católica de su hermana Clara y Clarence, el director de una prisión modélica y extraña. Pero Clarence muere asesinado nada más empezar y la tribu completa se entrega a cuidar de Clara, embarazada de Clarence, prometiendo a la policía no inmiscuirse en la investigación. 

Así pues, Benjamín se ve obligado a aceptar el trabajo que le ofrece la Reina Zabo, su antigua jefa, y se hace pasar por el escritor más vendido de Ediciones el Talión, J.L.B., hasta entonces sin rostro. Pero algo se tuerce en el camino de Benjamín en la presentación del nuevo libro de J.L.B.

En esta novela conocemos el pasado de la Reina Zabo, y su relación con Loussa de Casamance, desde su más tierna infancia. Conocemos aún más al inspector Van Thian, "atado" a Verdún, la hermana más pequeña de Benjamín. Y sabemos de lo que es capaz Julie por amor, o al menos lo que parece que es capaz de hacer.

Hay una frase en el libro que me ha gustado especialmente: hablando de Van Thian, que lleva permanentemente en brazos a la pequeña Verdún, dice "Ser padre es quedarse manco", y creo que no hay definición mejor para la maternidad/paternidad (vista desde el lado amoroso y no desde el "no lo cojas, que se malacostumbra".

15 de octubre de 2010

El hada carabina - Daniel Pennac


Segunda parte de la saga Malaussène (iniciada con "La felicidad de los ogros") "El hada carabina" nos devuelve a esta peculiar familia y a toda la gente que le rodea. Vuelve Pennac a preocuparse por los ancianos, esos seres olvidados en las grandes ciudades, de los que la familia del protagonista se hace cargo, para rescatarlos de un futuro incierto y para que los hermanos tengan alguien mayor cerca que les cuente cosas que de otro modo desconocería. Benjamín se crea una familia distinta, rodeado de los hijos de su madre y de ancianos que recoge por París. 
En esta novela, alguien se entretiene en matar viejas y drogar ancianos a base de atiborrarlos de anfetaminas. La madre de Benjamín no acaba de dar a luz al décimo de sus hijos y Julie, la novia de Ben, no aparece. La sociedad de Belleville, moros, negros, viejos y niños, está sobresaltada por las muertes de las viejas, mientras la policía da palos de ciego en su búsqueda del asesino. Es una novela negra poco seria, digamos, donde Pennac le da la vuelta a todos los tópicos de la sociedad: viejas que se entrenan en un campo de tiro, polis disfrazados de viudas, enfermeras que proporcionan anfetaminas sin pedirlas y un turbio asunto de especulación inmobiliaria. En medio de todo, Pastor, un inspector de policía especializado en conseguir confesiones imposibles de criminales, es un hombre que parece un jovencito inseguro y pánfilo, y que acaba mostrándose en todo su esplendor. 

Nuevamente, la traducción merece un aplauso, visto lo que hay por ahí... Manuel Serrat Crespo vuelve a traducirnos el argot francés de un modo impecable, llevándonos al argot español sin que se note que es algo traducido, cosa que a menudo es complicada.

3 de septiembre de 2010

¡Increíble Kamo! - Daniel Pennac


Entusiasmada como estoy con otros libros de Pennac, elegí éste sin saber ni de qué iba. Va de un chaval llamado Kamo y de su mejor amigo, que es el narrador de las dos historias con las que cuenta este volumen. En la primera, Kamo ha de aprender inglés en tres meses debido a una apuesta con su madre, y trata de hacerlo carteándose en inglés con una mujer llamada Cathie Earnshaw, que al parecer vivió dos siglos atrás, aunque sigue escribiendo sin problemas. En la segunda historia Kamo sufre un accidente del que queda gravemente herido debido a un fuerte golpe en la cabeza. Durante su estancia en el hospital, sus amigos tratan de curarlo a base de pensar fuertemente en él todo el rato.

Es un libro para un público absolutamente juvenil, de doce años todo lo más (¿eso es juvenil o infantil?), pero tiene un punto mágico y surrealista que ya vi en "La felicidad de los ogros", del mismo autor.

6 de enero de 2010

La felicidad de los ogros - Daniel Pennac




Esta pequeña obra maestra ha caído en mis manos por casualidad. Hace no mucho leí, de este mismo autor, "Mal de escuela", y me gustó el modo de escribir. Encontré "La felicidad de los ogros" en la biblioteca de mi pueblo (lo cual tiene mérito), y lo cogí con ganas. Y no defrauda. Tiene un ritmo narrativo rápido y un uso del lenguaje coloquial estupendo (felicidades al traductor, Manuel Serrat Crespo).
La novela cuenta la vida de Benjamín Malaussène, un hombre que convive con sus cuatro hermanastros y un perro apestoso y epiléptico (una quinta hermanastra se queda embarazada sin que su pareja quiera tener hijos), y se gana la vida llevándose broncas y agachando las orejas en unos grandes almacenes, a fin de evitar las denuncias que los clientes airados quieren poner. Además está rodeado en el almacén por su amigo Théo, completamente reinona, que cada mañana se fotografía su modelito en el fotomatón del almacén, y que trae a su vez a un montón de viejecitos que usan el almacén como "centro de día". Hasta que un buen día comienzan a explotar bombas y todas las papeletas de artificiero las lleva Benjamín. La historia se va embarullando a medida que se descubre la trama, mientras la hermanastra Therese "predice" la siguiente bomba y Ben se alía con una periodista para conseguir un artículo sobre su empleo de chivo expiatorio.
En medio del barullo, Ben cuenta la historia de las bombas a sus hermanastros como él cree que sucede, en una especie de novela paralela que tiene mucha gracia.
La novela es fantástica, Pennac pone en boca de Ben acertadas críticas a su entorno laboral, social, escolar y familiar. La recomiendo vivamente.