Nora se casa con Nick, dueño de un restaurante junto a la carretera, y allí viven y trabajan ambos. Pero cuando Frank aparece llegado de la nada y se queda a trabajar con Nick, las chispas saltan y la tensión sexual entre Nora y Frank tiene que resolverse de la única manera en que se puede resolver una tensión sexual. No contentos con eso, y teniendo en cuenta que en aquella época no existía CSI, deciden cargarse a Nick y quedarse con el restaurante. Las cosas no salen del todo bien y el tiempo que Nick pasa recuperándose en el hospital los otros dos lo pasan aliviando tensiones y planeando su huída. Pero Nora no está por la labor de convertirse en una vagabunda y se arrepiente. Y Frank decide largarse por su bien. Y vuelve. Pero a la vuelta los planes salen mejor aunque luego se revuelvan y una última vuelta de tuerca nos deje con la boca abierta.
Es pura novela negra, pero acostumbrados a los alardes científicos de CSI y demás, la investigación parece como de mentira, como si fuera algo que leímos en "El Caso". No obstante, lo bueno, si breve, dos veces bueno. Y es una buena novela.
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