23 de diciembre de 2011

Una temporada para silbar - Ivan Doig


Iba yo buscando libros por la Feria del Libro y ya me había comprado unos cuantos cuando oí a alguien que decía de éste que era una maravilla. Pero te da ese picorcillo de ¿cómo me voy a comprar otro más si ya me he gastado una pasta?. Y no me lo compré. Hasta que un día lo vi en el escaparate de la librería que hay frente a mi trabajo y no me pude resistir. Luego pasó un par de meses en la estantería de casa esperando turno. Y cuando, al fin, pude echarle mano, pensé en por qué no lo había hecho antes. 

Esta obra maestra está protagonizada por Paul Milliron. Paul está encargado de cerrar las escuelas rurales de Montana y vuelve a su tierra para hacerlo. Y al llegar a su antigua casa los recuerdos le asaltan y nos cuenta el año en que su vida cambió. Tras la muerte de su madre, su padre decide contratar un ama de llaves tras leer el anuncio en el periódico "No cocina, pero tampoco muerde". Rose llega a casa de los Milliron acompañada de su hermano Morrie y cambia la vida del pueblo. Por azar, Morrie llega a ser el profesor de la escuela del pueblo, donde se hace con los chicos con sus conocimientos y su forma de enseñar. Paul nos cuenta cómo transcurre la vida en ese pueblo, en el año 1909, en Montana; cómo él y sus hermanos (y el resto de niños del pueblo) van al colegio a caballo (cosa que da que pensar: nuestros churumbeles no dan un paso sin nosotros y estos niños montaban a caballo para ir al cole a oscuras y solos), cómo se organiza la cosecha y la siembra, cómo eran las escuelas rurales (con todos los niveles en la misma aula) y cómo era en general la vida. 
Me encanta la forma súper respetuosa que tiene Morrie de enseñar a los niños y de tratarlos. 

Me ha gustado mucho, muchísimo. Te da pena que se acabe.

20 de diciembre de 2011

Todo por una chica - Nick Hornby

Nick Hornby Todo por una chica
En "Todo por una chica" nos encontramos a un adolescente como protagonista, Sam, hijo de padres divorciados, loco por el skate, que habla con un póster de su ídolo Tony Hawk y se sabe de memoria sus memorias. Todo parece irle bien: su madre está contenta, a él le van bien los estudios y parece que su futuro será más prometedor que el de sus padres, que le tuvieron cuando estaban en plena pubertad. Para rematar, Sam conoce a Alicia, una chica guapísima y encantadora, y se enamoran locamente, olvidándose de todo lo demás. Se inician en el sexo y durante seis meses son absolutamente felices, hasta que empiezan a cansarse el uno del otro y lo dejan. 

Y entonces empiezan a irle las cosas mal a Sam: Alicia le llama y él no lo coge porque cree que la ha dejado embarazada y huye de su casa, con lo puesto, a buscarse la vida en una fuga absurda que le dura un par de días. A su vuelta, tiene sueños sobre la paternidad en los que se ve agotado, despertando por los codazos de Alicia que le pide que cuide del bebé porque ella está agotada, o coincidiendo con otros padres que él no conoce pero que parecen conocerle, y angustiado por no saber el nombre de su hijo. 

Te deja un regustillo amargo, un punto de reflexión, te hace pensar. Pero no me acaba de convencer.