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6 de octubre de 2016

X de rayos X - Sue Grafton


Entre los ricos no es oro todo lo que reluce. Una mujer adinerada contrata a Kinsey Millhone para encontrar a su hijo, dado en adopción años atrás. La recibe en un casoplón de escándalo y Kinsey acepta el encargo sin dudar. Pero el hijo parece no serlo tanto, el casoplón no es de la señora y la señora rica le ha pagado con un billete marcado procedente de un secuestro de un cuadro años antes.

Por otro lado, la viuda de un antiguo compañero de Kinsey tiene problemas con el fisco y la llama porque ella había sido la que había organizado los papeles que su marido había dejado, en un batiburrillo mortal, al morir. Entre esos papeles Kinsey encuentra ocultas unas fotografías y una lista de personas y, llevada por su natural investigador, decide seguirles el rastro. 

Además, una pareja de ancianos se ha instalado en la casa contigua a la de Kinsey y su casero Henry. La pareja le echa un morro a la vida estupendo. 

Las tres tramas se van sucediendo, como siempre, sin dejar un hilo suelto. Kinsey nunca defrauda y en este caso tampoco. Casi me da pena pensar que ya solo nos quedan dos letras en el alfabeto...

4 de septiembre de 2015

W de whisky - Sue Grafton




Hay dos cadáveres en el anatómico forense. Dos hombres han muerto. Kinsey es llamada a reconocer a uno de ellos, pues aunque es un sin techo, llevaba el nombre y el teléfono de Kinsey en el bolsillo. Ella no lo conoce de nada, pero decide investigar porque no tiene otra cosa que hacer. El otro muerto es un detective privado con pocos escrúpulos que ha sido tiroteado. Ni los muertos ni sus vidas parecen tener nada en común; ni entre ellos ni con Kinsey. Pero las cosas no son como parecen.

Pronto Kinsey averigua que el muerto desconocido es un pariente muy muy lejano; que, a pesar de ser un sin techo, tiene una cuenta bancaria muy bien surtida; y que, al parecer, la ha hecho a ella su única heredera en detrimento de sus hijos, y albacea de su testamento. Esto la hace sumergirse en el mundo de los sin techo para averiguar de dónde ha salido ese dinero, por qué se lo ha dejado a ella, por qué vivía en la calle a pesar de estar forrado y qué tratamiento seguía para dejar el alcohol.

Por otro lado, Dietz, antiguo amante de Kinsey, vuelve a verla porque el detective muerto le había dejado a deber un trabajo. Rebuscando entre los papeles del muerto se dan cuenta de que el último caso que investigó tiene en parte que ver con el estudio de la adicción al alcohol y es entonces cuando las madejas, que corrían paralelas, empiezan a ir juntas.

Me ha gustado mucho, más que el de V de venganza. Las dos tramas están muy bien entrelazadas y el resultado final es la mar de razonable. Resulta curioso leer cómo se resuelven las herencias en Estados Unidos, de forma tan distinta a la española.

26 de agosto de 2015

V de venganza - Sue Grafton

Desde 2011 no había vuelto a leer ninguna novela de la serie "El alfabeto del crimen" de Sue Grafton, protagonizada por Kinsey Millhone. Tenía pendiente ésta desde 2012 en la estantería, tan bien camuflada que, hasta que no me he topado con la W, no me he acordado de que la tenía.

La novela empieza con la muerte de un chaval que debe dinero a un prestamista y que no puede devolverle la pasta porque la ha pedido en los casinos de Las Vegas.
 
En un salto temporal hacia adelante, Kinsey se ve envuelta en la detención de una mujer que estaba robando artículos en unos grandes almacenes. Cuando la mujer aparece muerta bajo un puente, con pinta de haberse suicidado, Kinsey es contratada por el novio de la mujer para que averigüe la verdad de su muerte, pues él no puede creer la teoría del suicidio. Las averiguaciones de Kinsey, que por algo es detective privado, le llevan a enterarse de la existencia de algo parecido a una ONG que se dedica a recoger ropa para los pobres, aunque en realidad es una tapadera para el robo y su posterior venta de ropa de marca y artículos de farmacia.

Al mismo tiempo se nos cuenta la historia de Nora, una mujer casada con Channing, que es un tipo con un nivel de vida estupendo. Nora ha perdido un hijo y ve que su matrimonio con Channing no está en su mejor momento, pues él se ha liado con su secretaria. Nora decide vender sus joyas para tener dinero en efectivo por si las moscas y así conoce a Dante, un tipo que se dedica a negocios turbios. Dante se queda prendado de Nora y la tienta para que se líe con él.

En un momento dado, todas las historias convergen y se van resolviendo, como es habitual en las novelas de Millhone. A mí me gustan. Kinsey no es una superwoman y su vida es un poco "abandoná"; no tiene ni pizca de glamour, ni de familia ni de ná. Pero me gusta.

Llama muchísimo la atención que trabaje con una máquina de escribir y papel carbón, elementos desaparecidos en combate con la llegada de los ordenadores; que no haya teléfonos móviles ni tecnología punta. La acción transcurre en 1987, así que eso lo explica todo. Pero leído hoy, te quedas paradísima pensando en que en unos años nadie sabrá lo que era el papel carbón...

27 de julio de 2011

U del ultimátum - Sue Grafton

Llevaba viendo en el escaparate de la librería de enfrente del trabajo este libro semanas, y no lo compraba por dos razones: 
  1. Me daba pena utilizar tan poco mi ebook,
  2. Tenía demasiadas cosas pendientes de leer.
Peeeero.... llegué a la Feria del Libro y lo vi ahí, más barato, llamándome... y sucumbí.

Sue Grafton no me ha defraudado jamás, y después del último Pennac (arrggg... he visto en otra librería que ha sacado nuevo libro "Señores niños" y la historia me parece interesante), necesitaba leer algo que me gustase, así que he tirado de la detective Kinsey Millhone, he obviado a mi pareja mientras conducía el coche y he sido la copiloto más desatenta en su piloto y más concentrada en la lectura de toda la A-6. 

Kinsey es una detective privada que trabaja en Santa Teresa, California, tiene 38 años, dos divorcios a cuestas, es huérfana desde los cinco años y fue criada por su tía Gin.

Kinsey se enfrenta en este libro a una historia sucedida 25 años antes. Michael Sutton vuelve a Santa Teresa y le cuenta a Kinsey una historia un poco extraña sobre un recuerdo que le ha venido cual flash-back de unos hombres enterrando un bulto, coincidiendo con la fecha del secuestro y desaparición de una niña en la misma zona. Michael entonces tenía 6 años y ahora, mucho mayor, se encuentra con que tiene poca credibilidad debido a una historia familiar truculenta sucedida en su juventud, en la que acusó a sus padres de abuso sexual contra él, y de la que se retractó al fallecer su padre. 

Kinsey decide investigar el tema durante un día, pero la cosa se desmanda y se ve más y más imbuida en una historia poco creíble de primeras, pero que se va haciendo cada vez más seria y más posible a medida que avanza en las investigaciones.

Además ella misma encuentra datos sobre una familia (la suya) que no había sabido que existiera hasta el libro anterior, y en éste encuentra sorprendentes novedades que la hacen ver su propia historia desde otro punto de vista.

Entre medias se cuenta la historia de la niña secuestrada y de las personas y vecinos que la rodeaban, en la época del flower power.

Me resulta curioso de este libro leer cómo se presupone que los chavales estadounidenses dejan la casa familiar al ir a la universidad, pero dejándola de verdad, no volviendo a cada poco ni nada. Se ganan la vida como pueden, se pagan los estudios trabajando y en casa de sus padres van a la habitación de invitados porque ya no tienen habitación propia. Y pienso en los adolescentes, jóvenes y no tan jóvenes españoles, que vuelven a casa por navidad, por semana santa, por la semana blanca, por verano, por puentes, por fiestas de guardar... o que directamente no se van. Y digo yo que habrá un lugar intermedio.