31 de julio de 2012

Doble juego - Max Allan Collins


"Doble juego" es una novela sobre el CSI de Las Vegas. Los protagonistas son los mismos que en la serie y es como estar viendo un capítulo, pero sin verlo. Ayuda conocer a los protagonistas y poderles poner cara, y acordarte de los inicios. Ya no recordaba que Warrick había sido un jugador empedernido, y tenía casi olvidado que Greg fue una rata de laboratorio antes de que le dejaran ser CSI por las calles. 

El libro en sí no es que sea una maravilla, pero entretiene. Me ha recordado un poco a cuando de pequeñas, en la playa, leíamos libros de Agatha Christie, pero con los modernos sistemas de investigación de hoy en día. Es lectura fácil y entretenida, sin complicaciones. 

16 de julio de 2012

Cincuenta sombras de Grey - E.L. James

"Cincuenta sombras de Grey"

En las librerías te lo encuentras con una pegatina que dice "Sí, éste es el libro del que habla todo el mundo". Debe de ser verdad, porque en un par de días me he encontrado dos reseñas en dos de los blogs que sigo (en el de Isi y en el de Book Eater, totalmente contrarias). También lo publicitan como "porno para mamás". No sabía yo que las mamás necesitaran un porno aparte, pero en fin.

Cuenta la historia de Anastasia, una chica muy mona, que está acabando la carrera; 21 años, pelo largo, buen cuerpo, lista. Por una casualidad de la vida entrevista a Christian Grey, un poco mayor que ella, guapo de infarto, sexy, rico riquísimo, turbador. Y se quedan enganchados el uno de la otra. Hasta aquí un poco Bárbara Cartland, pero un poco más adelante Christian le confiesa a Anastasia que es habitual del sado, y a ella, virgen, le parece fantástico, oye. Qué bonito es el sado. Aunque algunas de las cosas que le propone no le molan, ella se aviene a una relación sado (como si eso fuera lo habitual en una virgen), pero con la clara intención de llevarle "por el buen camino" (o sea, por el camino del amor puro y el romanticismo azucarado). Ella es insoportable: por lo insegura, por sus charlas con su "diosa interior" y su subconsciente que actúan como el diablo y el angelito en los dibujos de Tom y Jerry, por su relación con sus amigos, por su tendencia a decir "Madre mía", por respirar, en definitiva. Él es sí, muy sexy y muy rico, pero es un prepotente, celoso, controlador, acosador; una joya, vamos. Y más cerrado que una ostra. Por otra parte, la poca variedad de su vestimenta no me acaba de gustar.

Y aunque la historia tenga un alto contenido erótico, que lo tiene y a mí me ha dejado alteradísima, llega un momento en que aburre. También a veces sorprende. A mí (y no me considero precisamente una monjita) me sorprende que una mujer de 21 años que no ha conocido varón se preste al sado como si fuera a irse de picnic, y que en su segundo polvo le haga una mamada de experta con ingesta de semen incluida que le deje a él temblando. O en su vida anterior era una hetaira de las mejores o no me lo explico. Respecto a él, pues no sé, la verdad, cuánto de sado hay en él, porque en el libro yo creo que echa más polvos "vainilla" que de los otros. De todos modos, si ves en internet cualquier vídeo porno de BDSM, verás que es mucho, mucho, mucho más heavy que cualquiera de las cosas que le hace Christian a Anastasia. 

En cualquier caso, admito que entre adultos que consienten puede haber cualquier tipo de relación, incluso la de sumisión, en el sexo. Pero pretender someter a alguien en su vida cotidiana, en aspectos como lo que comes, lo que vistes o el deporte que haces, si sales con tus amigos o si bebes de más, si vas a ver a tu madre o si te depilas, pues no. Eso es más de un maltratador psicológico que de otra cosa. 

No sé si me leeré los otros dos libros de la trilogía, porque preveo un final de coma diabético, la verdad. Y para eso, pues me compro un "Jazmín" o una de "Bárbara Cartland" que ya sé a lo que voy. Me da la sensación de que Anastasia es de las que verían una peli porno hasta el final, a ver si los protagonistas se casan...


13 de julio de 2012

El abuelo que saltó por la ventana y se largó - Jonas Jonasson

El abuelo que saltó por la ventana y se largó

Allan cumple cien años. Harto de estar en el asilo aguantando a la enfermera Alice, que le ha preparado un cumpleaños con presencia de autoridades, decide fugarse por la ventana de su cuarto. Se encamina hacia la estación de autobuses todo lo rápido que sus piernas centenarias se lo permiten y allí compra un billete de autobús a un lugar indeterminado. En la estación, un chico le pide que le vigile la maleta mientras va al baño, pero el autobús de Allan sale antes de que el chico haya acabado en el baño y Allan se lleva la maleta. 

Así comienza esta divertida novela, donde se nos cuenta la vida de Allan desde bien pequeño, mezclada con la aventura que está viviendo a los cien años. La maleta resulta estar repleta de dinero y la mafia comienza a perseguirle. En su huída, Allan se va encontrando con gente de lo más variopinto y va dejando detrás un reguero de crímenes que serían escalofriantes si no fueran tan divertidos. 

En su vida, Allan se ha dedicado siempre a los explosivos. Ese trabajo le lleva de una guerra a otra, de una dictadura a otra, siempre desde la ignorancia de lo político, sin compromisos con ninguna de las partes. Así conoce a Stalin, a Mao, a Truman, a Franco, y a otra serie de personajes históricos que flipan con Allan, que a su vez flipa con ellos. Además, ayuda a los yanquis y después a los rusos a crear la bomba nuclear y es deportado a un campo de trabajo en Siberia que acaba muy mal...

Es un libro muy, muy divertido. Altamente recomendable. Para estos tiempos en los que no hay más que malas noticias, consigue que te salgas de la crisis y que esboces una sonrisa cada dos por tres, y que en ocasiones te rías a carcajada limpia.