31 de mayo de 2016

1.280 almas - Jim Thompson


Nick Corey es el sheriff de un pueblo perdido en el sur de los EE.UU. Es un tipo aparentemente necio, inútil, vago y un poco tonto. Vive con su mujer, Myra, con la que se casó cuando ella simuló haber sido violada por Nick, y con el hermano de aquella, Lennie, un tipo retrasado que se dedica a espiar a las mujeres del pueblo. Nick come como si fuera una tolva, duerme como una marmota a todas horas y no parece hacer nada en especial en su papel de sheriff. Pero ante las elecciones para elegir nuevo sheriff se da cuenta de que su trabajo peligra y saca su ingenio a relucir. La verdad es que Nick es un psicópata inteligente que es capaz de pergeñar las más atroces trapacerías con tal de seguir con su statu quo o mejorarlo. Y no le importa para ello difamar a alguien honrado (o, más bien, hacer que alguien lo difame por él) o matar a quien se le ponga delante. 

La novela transcurre en un pueblucho de 1280 habitantes (de ahí el título) en el que la vida transcurre entre la hipocresía, la mojigatería y el cotilleo. Es distinta a la novela negra habitual, desde luego. Curiosa de leer cuanto menos. Y es cortita.

27 de mayo de 2016

El curioso mundo de Calpurnia Tate - Jacqueline Kelly


En "El curioso mundo de Calpurnia Tate" nos encontramos otra vez a Callie Vee, a la que ya vimos en La evolución de Calpurnia Tate. Callie sigue tratando de sobresalir entre sus hermanos a pesar de las reticencias de sus padres. Sigue siendo una niña curiosa, estudiosa e interesada por todo lo que le rodea. Va descubriendo lo injusto que es el mundo para las mujeres, las diferencias de trato de sus padres hacia ella y sus hermanos, las menores expectativas de estudiar en la universidad... y todo eso le lleva a un estado de indignación. Ella no se ve menos capacitada que sus hermanos (más bien al revés) y no entiende por qué ha de relegarse al papel de esposa y ama de casa cuando crezca.

En esta ocasión, además, comparte historia con una prima lejana que ha perdido su casa en la inundación de la isla de Galveston y que viene a su casa a vivir unos meses. La prima, un poco odiosa, le descubre a Callie la mecanografía. Además, un veterinario, también venido de Galveston, cobra poco a poco protagonismo al dejar que Callie le eche una mano con las tareas burocráticas y que lea libros de veterinaria. 

Calpurnia es un ejemplo, la verdad, de niña que no se conforma con lo que el futuro parece depararle y quiere algo mejor para su vida. Esperaré la tercera parte, que seguro que la habrá, para ver cómo sigue su historia. Me encantaría que mis hijas leyeran estos dos libros y vieran lo afortunadas que son.

22 de mayo de 2016

Cenizas - Ilsa J. Bick


Las novelas sobre momentos post apocalípticos no me llaman nada. Pero nada de nada. Desde que leí "La carretera" de Cormac McCarthy, me reafirmé en mi idea. Sin embargo, empecé "Cenizas" sin saber que era un libro que transcurre después de algo que, aparentemente, es un desastre nuclear a nivel mundial. Y para cuando me di cuenta de que había habido un desastre así, ya me había enganchado a la novela.

Alex es una chica huérfana con un tumor en la cabeza que no parece haber mejorado nada con los distintos tratamientos a los que la han sometido. Se larga a la montaña, al sur del lago Superior, con la aparente intención de suicidarse. Allí tiene un encuentro con Ellie, una niña de ocho años bastante borde, su perra Mina y el abuelo de la niña, que se muere de repente al tiempo que a Alex le vuelve el sentido del olfato, perdido desde que su tumor comenzó a crecer en el cerebro. Todos los aparatos eléctricos dejan de funcionar (el móvil y el reloj digital de Alex, su linterna de leds, el ipod de Ellie) y entonces Alex decide seguir camino hacia lo alto de la cordillera en la que está, ya que presupone que, sea lo que sea lo que haya pasado, en lo alto del monte los efectos serán menores. Ellie pasa de ella y Alex se va sola, aunque sabe que la niña le va detrás.

Y es entonces cuando se encuentran, en medio del bosque, a dos adolescentes medio zombis zampándose a una vieja y huyen y huyen y se topan con unos lobos que se las quieren comer y luego les salva de un tipo medio zombi otro que parece normal y se llama Tom. Tom es de la edad de Alex y ya ha estado en el frente de Afganistán. Juntos los cuatro, Alex, Tom, Elli y Mina siguen camino arriba hasta toparse con una estación de guardabosques abandonada pero llena hasta los topes de comida, incluso para el perro. Allí pasan un tiempo tranquilo y consiguen enterarse, gracias a la vieja radio de transistores, de lo que ha pasado en el mundo. Total, que como están tan a gustito allí arriba, deciden salir camino de Canadá en una camioneta del año de la tos, transitando por pistas forestales en un estado ruinoso. Y, como no podía ser menos, sufren una emboscada donde les quitan la camioneta, los víveres y a Ellie, pues al parecer los niños y las personas mayores de cierta edad no se han visto afectados por la epidemia zombi, y son aceptados en los pueblos en los que aún hay supervivientes. 

Y Tom y Alex pasan más penurias y luego... bueno, las cosas se ponen interesantes de verdad. Y para cuando están muy pero que muy interesantes, va el libro y se acaba ¡¡¡porque es una puta trilogía!!! Odio, odio, odio profundamente las trilogías en las que las historias no acaban hasta dos libros después. Que te obligan a leer los siguientes libros para saber el desenlace de la historia. Ya podían aprender de Adler-Olsen y su departamento Q: cada historia en cada libro acaba, pero tienes ganas de leer más para saber la historia personal de cada protagonista.

18 de mayo de 2016

Sin límites - Jussi Adler-Olsen


Desde que mi amiga Miriam, que reside en el país de los tulipanes, me dijo que ya había leído la sexta entrega del Departamento Q, maldije a Maeva por su tardanza en publicar "Sin límites" en España. Pero, por fin, aquí está. Recién salida del horno editorial. Leída en un abrir y cerrar de ojos. Adictiva a más no poder. Volver con Carl, Assad y Rose al departamento Q y dejarte llevar.

Y te dejas, claro que te dejas. Te dejas las pestañas porque no quieres perder tiempo durmiendo para saber qué pasa después. Y qué ha pasado antes.

Todo comienza con la llamada de un policía a punto de retirarse, obsesionado con un caso ocurrido veinte años atrás, en el que una muchacha había muerto atropellada en lo que parecía un accidente. Pero este policía no ceja en su empeño de continuar investigando, pues le parece poco probable que aquello sea un accidente. Este policía llama al departamento Q para encargarles la investigación del caso, y se suicida el mismo día de su jubilación, en la fiesta preparada para él, de un tiro en la cabeza. Así que Carl, Rose y Assad no tienen más remedio que investigar el caso.

En paralelo se nos cuenta la historia de Atu y Mirja, dos aprovechados, creadores de una especie de religión-secta-filosofía sobre el sol y la luz y una mezcla un poco de todo. Atu es el gurú y Mirja su mano derecha. Mirja aspira a algo más desde hace años, pero no paran de aparecer tías buenas por el poblado que han creado en su secta, que le levantan a Atu todas las veces. Mirja no parece tener escrúpulos, ni a la hora de atender el teléfono de atención al desamparado de la secta (un 905 de los que te cobran una pasta) ni a la hora de quitarse del medio a las amiguitas de Atu.

Y, a medida que avanzan ambas historias, se comienzan a entrelazar. O lo parece. Porque, con el departamento Q, cualquier giro de la historia es posible. Carl, Rose y Assad se hacen un máster acelerado en terapias naturales, sectas, hipnosis, religiones alternativas y cultos extraños y comienzan a hilar pistas desperdigadas e inconexas hasta esos momentos.

El final, trepidante, te deja, como siempre, con ganas de empezar a leer la siguiente novela del departamento Q. Habrá que tener paciencia.

8 de mayo de 2016

Los amantes de Hiroshima - Toni Hill

 
Tercera entrega de la serie del Inspector Salgado y, con mucho, la mejor de las tres. Porque no solamente tenemos el caso policial que le toca investigar en esta ocasión (el hallazgo de dos cadáveres momificados en una casa abandonada, envueltos en un hule de flores amarillas y rodeados de cuadros macabros) sino que resuelve el caso de la desaparición de la ex mujer de Héctor, Ruth Valldaura, que sucedió en el primer libro de la serie.

Pero la novela comienza cuando Héctor es interrogado por algo que ha sucedido y que no se desentrañará hasta el final de todo. Esos interrogatorios y esa trama son el comienzo de cada una de las cinco partes del libro y una no sabe muy bien si pertenecen al pasado, al prewsente o al futuro.

Los dos cadáveres resultan ser los de una pareja desaparecida siete años atrás en un caso que había despertado el interés de los medios y que se había quedado sin resolver o resuelto en falso con el ingreso en un psiquiátrico del compañero y amante de ambos, un chico muy culto y apocado. Héctor y su compañera Leire, junto con un par de mossos más se encargan de la investigación tras el hallazgo de los cadáveres y van tirando de los distintos hilos que encuentran. Al tiempo, Héctor es investigado como presunto sospechoso de la desaparición de su mujer. Y esta investigación, viciada por la manía que le tiene a Héctor el inspector encargado del caso de su mujer, se ve mezclada por las reflexiones del comisario Savall sobre el tema. 

Así, todas estas tramas juntas van entrelazándose hasta la resolución final, tremenda en todos sus sentidos, pues al menos yo no atiné ni de lejos con el culpable de los asesinatos ni con la cuestión de por qué tanto Héctor como Leire son interrogados en el principio de cada capítulo. 

Desde luego, Toni Hill nos ofrece un colofón excelente a la historia del inspector Salgado, no dejando un cabo suelto, no dando una puntada sin hilo. Una novela totalmente recomendable que, a pesar de su extensión, no se hace pesada en ningún momento y va generándote adicción a medida que te adentras en la historia.