Tenía prisa por leer este libro porque tengo muchas ganas de ver la película que ha hecho Jose Antonio Bayona sobre ella. Pero no tendría que haberla tenido, porque se lee de un tirón y casi, casi, sin respirar.
Conor es un niño de doce años que vive con su madre, enferma de cáncer. Su vida transcurre de casa al cole y vuelta, cuidando de sí mismo porque su madre está bastante débil. Conor tiene una pesadilla todas las noches, la misma siempre. Pero una noche se despierta con la sensación de que alguien susurra su nombre. Y es el tejo que ve desde su ventana, transformado en monstruo. Un monstruo enorme, con aliento de hojas podridas, con brazos llenos de ramas. El monstruo le dice que le va a contar tres historias, y que Conor tendrá que contarle la cuarta.
Esas tres historias, cada una con una enseñanza, dejarán a Conor confuso, como si no tuviera otros problemas más graves: su madre está cada vez peor, en el colegio sufre acoso escolar, su abuela se presenta en casa con intención de cuidarlos y su padre viene desde Estados Unidos a verle. Pero el monstruo no ceja en su empeño de que Conor le cuente su historia, el por qué de la presencia del monstruo en su vida. Conor tiene una pesadilla que oculta a todo el mundo y es eso lo que tiene que contar.
Es un libro duro, aunque está destinado a un público juvenil. Creo que también los adultos tenemos que aprender de lo que nos enseña esta historia: hablar de nuestros sentimientos y nuestros miedos sin tapujos, porque solo contándolos seremos capaces de sobreponernos, de entendernos, de hacernos entender. Y podemos aprenderlo leyendo este libro, porque está claro que ningún monstruo vendrá a vernos a casa...
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