Novela requetecorta que se lee en un suspiro y es redonda y perfecta. El señor White ve cercana la fecha de su muerte y decide buscar alguien que le haga de secretario y apunte las últimas palabras que él pronuncie antes de morir. Para ello, pone un anuncio en el periódico que levanta las expectativas de heredar de todas las personas que le conocen y de algunas que no. Recibe cientos de solicitudes y escoge tres al azar. El primer seleccionado muere antes de tomar posesión de su puesto. La segunda seleccionada trata de envenenar al señor White en su ansia de heredar. El tercero, finalmente, resulta ser el que se queda y el que da una lección de vida al señor White.
Perfecta para leer después de un tocho o de algo muy intenso porque es fresca, breve y distinta.
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