El nombre completo de esta novela es "Y a mi sobrino Albert le dejo la isla que le gané a Fatty Hagan en una partida de póquer". La leí hace muchísimo tiempo y recordaba que me había parecido muy divertida. Y al encontrarla en el ciberespacio la he vuelto a leer.
Albert hereda una isla en medio del Canal de La Mancha. Apenas un islote del tamaño de la isla de Perejil. Cuando va a tomar posesión de ella, encuentra a una chica desnuda tomando el sol. Es Victoria. Obviamente, él se enamora como un becerro de ella. Van juntos cada día a la isla hasta que de pronto un día, cuando están a punto de consumar su amor, un buque "pesquero" soviético embarranca en la isla. Como en realidad no es un pesquero sino un buque espía (aunque la mayoría de sus tripulantes sean pescadores), los soviéticos deciden alquilar la parte de la isla en la que el barco ha encallado para poder esconder sus intenciones hasta conseguir sacar el buque, pagándole a Albert una cantidad escandalosa de dinero. Enterados los estadounidenses de que los rusos han instalado una base soviética en medio del canal, deciden alquilar la otra mitad de la isla y la llenan de marines.
Lo que al principio es casi una declaración de guerra se va volviendo, poco a poco, una convivencia pacífica, en la que comparten suministros, ideas, vestuario, conocimientos... creando una "entente cordiale" que para sí quisieran los estados implicados. Con algunos sustos, eso sí, pero con mucho humor. Hasta se montan su propia destilería clandestina para tener reservas de alcohol suficientes para soportar la "dureza" de la estancia. Pero es la destilería la que acabará por hacerlo reventar todo.
Muy, muy divertida.
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