Llegué a este libro nuevamente a través de Isi y porque mi hermana me comentó, de pasada, que todo el mundo le había hablado bien de él. Así que lo busqué y me lo leí. Se lee del tirón, es fácil, sin comeduras de tarro, aunque el trasfondo sea un rollo del tipo "qué guay es la familia y debemos ocuparnos más de ella".
La protagonista es Kim Lange, famosa presentadora de la televisión, más preocupada por su trabajo que por su marido y su hija, que la palma en un accidente de lo más tonto con el baño de una estación espacial (tal y como suena) y se reencarna en hormiga. Tras morir varias veces como hormiga, se entera de que tiene que acumular buen karma a base de hacer el bien a su alrededor para ir reencarnándose en otros seres superiores. Porque Kim no quiere abandonar a su marido ni a su hija, y como hormiga poco puede ayudar, aunque sea en el hormiguero del jardín de su casa. Así que va acumulando buen karma y pasa a ser un gusano, una cobaya, un perro... hasta que finalmente consigue ser una persona muuuuuuy gorda y puede ayudar a su hija (tras dos años de reencarnaciones). El final es feliz donde los haya y me ha hecho reír porque se contrapone totalmente a lo que cuenta Molinos de "Los ojos amarillos de los cocodrilos" (aviso, quien quiera leer el libro que no lea la crítica destructiva de Molinos, porque cuenta hasta el final), en el que ser flaca es el súmmum de la felicidad.
Kim se encuentra en el hormiguero a Casanova reencarnado en hormiga (más de cien veces reencarnado en hormiga, que tiene más mérito), que le ayuda a lo largo de toda la historia, acumulando él también buen karma gracias a Kim y reencarnándose en bichos diversos. Y me troncho cuando leo que Kim acumula buen karma enseñando a los otros gusanos a esquivar las afiladas hojas de los cortacéspedes, porque como enseñanza es de lo más imaginativo.
Me he reído y lo he disfrutado (sobre todo teniendo en cuenta lo que me aburrió el libro anterior). Ahora bien, me pregunto si este libro habría sido posible si la prota no fuera una mujer sino un hombre que dejara de lado a su familia por el trabajo.
3 comentarios:
Éste lo tengo yo ahora pendiente de leer. Ya te cuento...
Pero antes de leerlo ya corroboro tu comentario en forma de interrogante de si este libro sería posible si la prota no fuera una mujer sino un hombre que dejara de lado a su familia por el trabajo.
Anda que no nos queda...
Ayer me comentó mi hermana que le habían hablado bien de este libro, y me sonaba haberlo visto aquí.
Me lo apunto para cuando acabe los que tengo pendientes, que me ha hecho gracia el tema.
Maya, me ha gustado aún más que éste el de "La de dios es cristo" de John Niven, que trata de lo mismo pero de una forma más salvaje
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