15 de octubre de 2010

El hada carabina - Daniel Pennac


Segunda parte de la saga Malaussène (iniciada con "La felicidad de los ogros") "El hada carabina" nos devuelve a esta peculiar familia y a toda la gente que le rodea. Vuelve Pennac a preocuparse por los ancianos, esos seres olvidados en las grandes ciudades, de los que la familia del protagonista se hace cargo, para rescatarlos de un futuro incierto y para que los hermanos tengan alguien mayor cerca que les cuente cosas que de otro modo desconocería. Benjamín se crea una familia distinta, rodeado de los hijos de su madre y de ancianos que recoge por París. 
En esta novela, alguien se entretiene en matar viejas y drogar ancianos a base de atiborrarlos de anfetaminas. La madre de Benjamín no acaba de dar a luz al décimo de sus hijos y Julie, la novia de Ben, no aparece. La sociedad de Belleville, moros, negros, viejos y niños, está sobresaltada por las muertes de las viejas, mientras la policía da palos de ciego en su búsqueda del asesino. Es una novela negra poco seria, digamos, donde Pennac le da la vuelta a todos los tópicos de la sociedad: viejas que se entrenan en un campo de tiro, polis disfrazados de viudas, enfermeras que proporcionan anfetaminas sin pedirlas y un turbio asunto de especulación inmobiliaria. En medio de todo, Pastor, un inspector de policía especializado en conseguir confesiones imposibles de criminales, es un hombre que parece un jovencito inseguro y pánfilo, y que acaba mostrándose en todo su esplendor. 

Nuevamente, la traducción merece un aplauso, visto lo que hay por ahí... Manuel Serrat Crespo vuelve a traducirnos el argot francés de un modo impecable, llevándonos al argot español sin que se note que es algo traducido, cosa que a menudo es complicada.

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