Tú coges un libro de Mendoza pensando que, como siempre, será una novela. Y resulta que no, que es una obra de teatro. Seis personajes en una trama absurda. Dos matrimonios son propietarios de una editorial. La ruptura de una de las parejas hacen que el proyecto editorial se tambalee y que busquen un nuevo socio capitalista. La reunión con dicho socio se va a celebrar en la casa del otro matrimonio, pero las cosas no salen muy bien que digamos.
En la sinopsis dice que te arranca carcajadas, pero a mí me ha parecido que toda la historia era bastante triste. El fracaso de un matrimonio, la infidelidad, el vodevil que se nos presenta en la casa donde transcurre la historia no da para unas risas. Ni el bigote postizo del camarero, vamos. Menos mal que se lee así del tirón.
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