Quentin es un tipo normal, ni guapo, ni feo, ni alto ni bajo. Está en el último curso del instituto y se graduará en breve. No sobresale en nada. Normal, ya digo.
Su vecina Margo en cambio es la típica reina del baile de fin de curso americano. Guapa, exitosa... Quentin y Margo son amigos porque son vecinos. Pero hace años que se distanciaron.
Una noche, Margo aparece en casa de Quentin vestida para atracar bancos y le pide ayuda para llevar a cabo un plan de venganza que les lleva toda la noche. A la mañana siguiente Margo no aparece por el instituto ni por su casa. Margo ha desaparecido, como otras veces. Sus padres deciden pasar de ella, pues ya es mayor de edad. Pero Quentin no puede parar de pensar en dónde puede encontrarse. E inicia una búsqueda en la que implica a todos sus amigos, algunos de ellos bastante friquis. Margo ha ido dejando complicadas pistas y el tiempo corre que vuela.
Y la conclusión que saco, finalmente, es que Margo es una pija insoportable que no sabe qué hacer para llamar la atención de la gente que tiene a su alrededor, y que desaparecer es fácil si tienes coche, dinero y ganas, si no tienes hijos ni nada que te ate. Margo tiene dos collejas o más, y nadie se las acaba dando. Vaya, me ha parecido una novela para adolescentes aburridos de tenerlo todo. Entretenida a ratos, pasable sin morir mortalmente de aburrimiento en otros momentos, pero prescindible.
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