Después de una temporada alejada de la novela policíaca, vuelvo con "Amigos hasta la muerte", de Nele Neuhaus, del que ya había leído Blancanieves debe morir. Y vuelvo a leer con avidez.
Una parte de un cadáver aparece troceado en el zoo de Kronberg. La investigación de Bodenstein y Kirchhoff les lleva hasta un prado cercano, donde se corta la hierba para los animales del zoo. Allí descubren el resto del cadáver, que resulta ser de Ulli Pauly, un conocido activista protector de animales y político activo y tocapelotas de la zona. Pauly tenía numerosos enemigos, así que la lista de sospechosos es amplia: desde el director del zoo hasta políticos, funcionarios, ex mujer... Pauly estaba inmerso en una investigación sobre fraude en los informes para la construcción de una autopista, y eso le había generado antipatías por un lado y simpatías por otro. Entre los que le admiraban tenía una pandilla de chavales ex alumnos suyos (pues también era profesor en un Instituto) que también resultaban sospechosos. De todos ellos, Lukas parece estar en todos los ajos: ex alumno de Pauly, trabajador del zoo, camarero en el restaurante de Pauly, pirata informático, encantador y carismático; Lukas se siente atraído hacia la inspectora Kirchhoff y no duda en tirarle los tejos. Y la inspectora, que se ha separado hace poco y acaba de encontrar a su marido en situación comprometida, se deja querer por él y por el director del zoo, de manera que deja de ser imparcial y objetiva. Al mismo tiempo, suceden cosas extrañas en su casa, y una parte de su pasado, que ella tenía arrinconada en su memoria, vuelve al presente con fuerza.
Las cosas se van liando a un ritmo trepidante, que te impide abandonar la lectura. Me ha enganchado mucho. Pero todo lo bueno se acaba.
Las cosas se van liando a un ritmo trepidante, que te impide abandonar la lectura. Me ha enganchado mucho. Pero todo lo bueno se acaba.
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