7 de noviembre de 2013

La verdad sobre el caso Harry Quebert - Joël Dicker


Harry Quebert vive tranquilamente en el pueblo de Aurora, en New Hampshire, desde hace más de treinta años. Es un escritor consagrado cuya obra "Los orígenes del mal" se estudia en todos los centros educativos de los Estados Unidos. Además es profesor de universidad, y fue allí donde conoció a su alumno Marcus Goldman, que posteriormente se convirtió en un escritor aclamado por el público. Marcus y Harry se reencuentran después de un tiempo y éste último acoge a Marcus en su casa para que pueda escribir su segundo (y atascado) libro. La vida parece idílica y tranquila hasta que se descubre, en el jardín de la casa de Harry, el cadáver de una niña, Nola Kellergan, desaparecida treinta y tres años antes. Todo apunta a Harry, y de hecho se le detiene como culpable del secuestro y posterior asesinato de la chica. Y es cuando Magnus decide contar la verdad sobre el caso Quebert escribiendo un libro con todas las investigaciones llevadas a cabo treinta años antes y en la actualidad. 

Aurora es un pueblo que no tiene nada que envidiar a cualquier pueblo de España, de los pequeños, donde todo el mundo se conoce y sabe de la vida de los demás, así que Magnus pregunta aquí, allá y acullá, y va enterándose de la verdadera historia de Quebert, que tuvo una relación amorosa con Nola justo el verano antes de desaparecer. Nola, que era una cría de quince años aparentemente encantadora, hija de un pastor de la iglesia, parece no ser del todo trigo limpio, pese a las protestas de Harry. 

Toda la historia se cuenta desde tres tiempos distintos: el del comienzo de todo, cuando Harry conoció a Nola; el actual, cuando Marcus busca la verdad; y el de la época en que Harry y Marcus se conocieron. Todo perfectamente engranado en cada uno de los 31 capítulos, que, en sentido inverso, comienzan todos con una de las frases importantes que Harry le dijo a Marcus en la época en que se conocieron. 

Llega un momento en que has sospechado que el asesino ha sido el que es en realidad, pero es porque prácticamente llegas a sospechar de todo el pueblo. Y a medida que te adentras en la historia te picas más y más y más. Y cuando crees que has llegado a la última vuelta de tuerca, te encuentras con que aún te quedan otras dos o tres. 

Pero para mí, el mejor personaje de todos es la madre de Magnus. Es meticona, repelente, odiosa, de esas madres que llaman a sus hijos ya adultos y les dicen que se sequen bien entre los dedos de los pies porque si no cogerán hongos. Es completamente hilarante. Su obsesión por la homosexualidad de su hijo es tan absurda que no te queda más remedio que partirte de la risa. Es la suegra que nadie quisiera tener.

Hay un detalle que no me ha acabado de gustar, y es que repite algunos diálogos hasta tres veces. Tanta repetición me sobra. Pero, en general, el libro engancha, es entretenido, tienes ganas de saber lo que sigue, y aunque a ratos pienses que Dicker te está tomando el pelo, no lo dejas porque quieres saber la verdad sobre el caso Harry Quebert. Y la verdad te deja pasmada, francamente. 

No hay comentarios: