Macon Leary es un petardo de hombre. El libro es un tostón que hastía al más pintado. Y me lo he acabado por ver si pasaba algo de interés...
Un año después del asesinato de su hijo, Sarah decide divorciarse de Macon. Éste decide llevar desde ese momento una vida casposa. Es escrito de guías de viaje para hombres de negocio (las guías "El turista accidental en..."), pero no le gusta viajar. En el siguiente viaje tras el divorcio tiene que dejar al perro en una residencia canina, donde conoce a Muriel, una mujer completamente opuesta a él. A la vuelta, Macon se rompe una pierna y se va a vivir con su hermana Rose y sus dos hermanos también divorciados. Los Leary son cuadriculados hasta el síndrome obsesivo compulsivo, ordenados, metódicos, insoportables, en suma.
En éstas estamos cuando el perro de Macon decide que lo mejor del mundo es ladrar, morder, putear a los viandantes y ciclistas e incluso a Rose y a los otros Leary, por lo que Macon decide adiestrarlo y quién mejor que Muriel. Y surge el amor, claro. Ella es el colmo del desorden, trabaja en mil sitios, habla por los codos y tiene un hijo enfermo.
No puedo llegar a entender qué ven dos mujeres en este hombre anodino, gris, triste, aburrido, indeciso, obsesivo-compulsivo, asocial...
No perdáis el tiempo. Si alguien tiene curiosidad por saber cómo acaba, que me mande un comentario y se lo cuento en petit comité.
2 comentarios:
Nunca había leído una crítica tan negativa! Bueno, pero se agradece porque nos salvas de posibles pérdidas de tiempo, que hoy en día se vende tan caro!
Chao!
Pues igual que me entusiasmo con algunos, éste es que no, ni siquiera te deja indiferente. Te deja con la sensación de haber perdido el tiempo.
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