8 de mayo de 2010

Coraline - Neil Gaiman

Neil Gaiman - Coraline
Buscando libros para mis hijas en la biblioteca, topé con "Coraline", y como me sonaba el título de haber visto el cartel de la película no hace mucho (la película se llamó "Los mundos de Coraline", y no la llegué a ver) decidí cogerlo. Se lee en un suspiro, la verdad. Es la historia de Coraline, que se traslada a una nueva casa con sus padres, y encuentra una puerta tapiada que lleva a la casa de al lado, pero que en realidad la lleva a un mundo paralelo. Coraline está descontenta con sus padres porque no le hacen ni caso y cocinan fatal. En el mundo paralelo encuentra a unos padres aparentemente idénticos a los suyos pero estupendos, y que además guisan cosas riquísimas. Pero no todo es bueno, y Coraline va dándose cuenta que su otra madre no es tan buena como parece, hasta que se ve inmersa en una exploración completa de la casa, a la búsqueda de las almas de los niños muertos que hay en este mundo paralelo y de sus padres, que han desaparecido, en una especie de gymkhana contra su otra madre.
Es un libro de terror para niños, me habría gustado encontrar algo así cuando tenía diez o doce años, en lugar de tanto libro de "Los cinco" (de los que he releído alguno de adulta y me han dejado un poco chafada por el machismo que destilan y por el hecho de que niños de diez años viajen solos en tren del internado a casa sin ningún problema) o de "Los siete secretos". Ahora entiendo por qué en cuanto pude empecé a leer cosas "de adultos". 

3 comentarios:

My Stories Project dijo...

Hola!! Un libro interesante, pero coincido contigo en que es de terror, yo creo que a mí me hubiera dado miedito - pero yo era muy cagona de pequeña, jajaj-. ¿A partir de que edad está recomendado??

Besos!!

Sonia dijo...

Fuimos a ver la peli con mis chicos mayores cuando tenían 6 y 7 años y estaban aterrados, pero no podían dejar de mirar. Pasado un tiempo, fuimos a una librería y el de 6 años se abrazó al expositor y dijo que de ahí no se movía hasta que le comprara el libro. Ahora se lo voy leyendo por las noches, pero no cada noche para que le de tiempo a recuperarse.

Sol dijo...

Jeje, Sonia, no sea que luego te mire a los ojos buscando tus botones...