Pues otra novela policíaca, que últimamente he leído bastantes. Protagonizada por el inspector Leo Caldas, gallego de pura cepa y fumador empedernido, y por su ayudante, Estévez, aragonés (e incapaz de entender ese modo gallego de responder a todo con otra pregunta) y brutico brutico. Es la segunda novela de Domingo Villar, la primera de la serie "Ojos de agua" no la he leído, para variar (no sé cómo lo hago para empezar siempre las series por donde no son).
La acción transcurre en Panxón, donde un marinero aparece muerto en la playa con las manos atadas. Parece un suicidio, ya que el marinero era un ex-drogadicto taciturno y poco hablador, pero la autopsia confirma la imposibilidad de que el hombre se atara a sí mismo las manos. La investigación les lleva de los antiguos compañeros del marinero hasta el naufragio de otro barco diez años atrás, en extrañas circunstancias. La madeja se va enredando mientras el inspector fuma y fuma, se marea en los coches, bebe vino blanco y soporta como puede el programa de radio semanal en el que colabora y a su compañero, un poco tendente a la violencia como modo de conseguir las cosas.
Hay momentos en que crees saber más que Caldas y conocer quién es el asesino, pero una cosa te lleva a otra y descubres tu equivocación (o la mía, que vete a saber si a otros no les parece evidente la autoría del asesinato). Y hay momentos en que te partes con ese pobre ayudante desesperándose por la forma de responder de los gallegos.
La recomiendo. Me ha gustado mucho, mucho.
1 comentario:
A este autor también le dediqué una entrada. Leo Caldas me robó el corazón (y a otro montón de lectores) Me pareció divertido, cercano, y además consigue sorprenderte.
La primera novela también está bien. Así que si puedes, leela.
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