Andrés, Teresa, Julián y Fede son jóvenes aunque sobradamente preparados en la época de la expo de Sevilla. No viven mal, les va el rollo progre. Andrés escribe libros, Teresa tiene por delante una vida política con buenas expectativas, Julián se dedica al mundo del audiovisual y Fede es un arquitecto comprometido con el entorno.
Es verano y se van todos a Zahara de los Atunes a pasar unos días. Una noche, buscando el mejor sitio para ver la lluvia de estrellas, se topan con un alijo de cuatrocientos kilos de hachís y deciden llevárselo y venderlo. Cuando unos días después Andrés lee en el periódico que un joven de Zahara había sido secuestrado por los traficantes de hachís, que le reclamaban a su familia el importe total del cargamento, sólo Andrés siente escrúpulos por lo que pueda pasar, pero entre todos le convencen de que al muchacho no le va a pasar nada, que sólo le están dando un susto. El chaval, hijo de una mujer más pobre que las ratas, aparece muerto unos días después. Entonces, como el hachís ya está vendido, deciden darle a su madre y a su hermana, al cabo de un año, ocho millones de pesetas a modo de "compensación".
Durante ese año, cada uno hace la vida por su lado y Andrés se va a Londres. Al cabo de un año vuelve con la intención de cumplir el pacto que habían hecho, pero los otros no están dispuestos a pagar, por lo que Andrés, presa de los remordimientos, decide dejarle diez millones de los que le tocaron a él a la hermana del chico...
Y hasta ahí puedo leer.
Y una se pregunta ¿qué habría hecho yo? Claro que no conozco a nadie a quien venderle 400 kilos de hachís, lo cual es un obstáculo importante. Pero si hubiera decidido llevármelo ¿lo habría devuelto al saber que alguien estaba en peligro? Ochenta millones de pesetas en el año 1992 daban para muchísimas cosas, comprarte un piso, un coche, hacer unos cuantos viajes... Y tú ¿qué habrías hecho?
No hay comentarios:
Publicar un comentario