Este libro me lo recomendó Lammermoor allá por octubre. Gracias.
Me ha dejado impactada. Las descripciones de malos tratos a la mujer son tan abrumadoras que me dejaban con una especie de peso en el pecho, angustiada. Creo que no había sentido eso leyendo un libro desde que me leí "Hay algo que no es como me cuentan" de Juan José Millás (que recomiendo vivamente; se pueden leer extractos en http://www.acosomoral.org/nevenka.htm ). Hay párrafos que te dejan arrastrada:
—Una se avergüenza de ser la víctima de un hombre así y se abandona a una total soledad e impide a todos que se acerquen, incluso a sus propios hijos, porque una no quiere que nadie mueva un dedo, y menos que nadie ellos. Y allí se queda esperando el próximo ataque, que llegará sin aviso alguno, y está llena de odio hacia algo que no comprende, y la vida entera se convierte en la espera del siguiente ataque, ¿cuándo llegará, cuánto daño le hará, cuál será el motivo, cómo evitarlo? Porque cuanto más satisfago sus caprichos, tanto más asco siente él por mí. Cuanta más sumisión y temor le muestro, tanto más odio descarga él sobre mí. Y si me muestro indócil, entonces ya tiene un motivo para matarme a golpes. No hay forma de hacerlo bien. No hay forma. Hasta que lo único en que piensa una es en que todo acabe, da igual cómo. Sólo en que acabe.
El asesinato del alma:
—Así es —dijo él—. Iba a preguntarte... Creo que te he hecho una pregunta sobre violencia doméstica.
—Una palabra muy neutra para el asesinato de almas. Una palabra suave para quienes no saben lo que se esconde detrás de ella. ¿Sabes cómo es vivir con miedo constante durante toda la vida?
Los motivos de él para pegarle:
Esta noche eran las patatas. No le parecieron suficientemente cocidas. Eso es lo que pensó ella. También podrían haber estado demasiado cocidas, pasadas, crudas, sin pelar, mal peladas, peladas, no cortadas por la mitad, sin salsa, con salsa, asadas, sin asar, en puré, demasiado espeso, demasiado claro, demasiado dulce, no lo bastante dulce...
Nunca se sabía, con él.
Y ésta sobre el papel de la iglesia en las relaciones familiares, que no tiene precio:
Había hablado con su párroco, que le dijo que una buena mujer no se separaba de su esposo. El matrimonio era sagrado a los ojos de Dios y ciertamente había que soportar muchas cosas a fin de no romperlo.
La trama policíaca comienza al encontrarse un cadáver en una obra. La investigación lleva a Erlendur hasta la historia de esta mujer maltratada, acaecida antes y durante la segunda Guerra Mundial. Entrelaza esta historia con la del dueño de la casa donde esta mujer vivía y la desaparición de la novia de él, también antes de la guerra, y con las historias personales de los policías encargados de la investigación. Y aunque el final sea previsible, porque lo es, la novela es estupenda. Te hace conocer Islandia desde otro punto de vista, menos civilizado del que podamos tener ahora (¿qué conocemos de Islandia? Poco más que el saber que es una isla, ahí arriba en medio de nada, que hace un frío que pela y que la capital es Reikiavik) y un poquitillo de la historia del país. Te hace conocer desde dentro el maltrato en el hogar.
Podéis leer una entrevista al autor en La Vanguardia
2 comentarios:
Me alegro de que te haya gustado. A mí me impresionó muchísimo; ¡como describe la violencia doméstica!. Como lo vive la mujer, los hijos, el maltratador. Resulta espelucnante por real; llegué a preguntarme si había vivido algún caso así de cerca.
Me gusta además el policía protagonista con ese peso que lleva en su conciencia. Y la forma en que se lleva a cabo la investigación.El autor es historiador y se notar.
Tengo pendiente dedicarle una entrada desde antes de recomendártelo.
Lo dicho, que me alegro de haber acertado con la recomendación.
Este libro lo tengo apuntado en mi cuadernito del bolso... eso quiere decir que lo tengo en una lista, y después de esta reseña pensaré seriamente en traerlo a las primeras posiciones de mi plan infinito.
Besos!!
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