6 de enero de 2010

La felicidad de los ogros - Daniel Pennac




Esta pequeña obra maestra ha caído en mis manos por casualidad. Hace no mucho leí, de este mismo autor, "Mal de escuela", y me gustó el modo de escribir. Encontré "La felicidad de los ogros" en la biblioteca de mi pueblo (lo cual tiene mérito), y lo cogí con ganas. Y no defrauda. Tiene un ritmo narrativo rápido y un uso del lenguaje coloquial estupendo (felicidades al traductor, Manuel Serrat Crespo).
La novela cuenta la vida de Benjamín Malaussène, un hombre que convive con sus cuatro hermanastros y un perro apestoso y epiléptico (una quinta hermanastra se queda embarazada sin que su pareja quiera tener hijos), y se gana la vida llevándose broncas y agachando las orejas en unos grandes almacenes, a fin de evitar las denuncias que los clientes airados quieren poner. Además está rodeado en el almacén por su amigo Théo, completamente reinona, que cada mañana se fotografía su modelito en el fotomatón del almacén, y que trae a su vez a un montón de viejecitos que usan el almacén como "centro de día". Hasta que un buen día comienzan a explotar bombas y todas las papeletas de artificiero las lleva Benjamín. La historia se va embarullando a medida que se descubre la trama, mientras la hermanastra Therese "predice" la siguiente bomba y Ben se alía con una periodista para conseguir un artículo sobre su empleo de chivo expiatorio.
En medio del barullo, Ben cuenta la historia de las bombas a sus hermanastros como él cree que sucede, en una especie de novela paralela que tiene mucha gracia.
La novela es fantástica, Pennac pone en boca de Ben acertadas críticas a su entorno laboral, social, escolar y familiar. La recomiendo vivamente.

2 comentarios:

lammermoor dijo...

Si que es una obra original, comenzando por su profesión "Chivo Expiatorio".
¿Leíste Como una novela donde enumera los derechos del lector?
El blog sobre educación que sigues es buenísimo. Tengo que añadirlo a favoritos.

Sol dijo...

La tengo pendiente desde hace tiempo, pero siempre hay algo que me apetece más...