14 de enero de 2013

Invierno ártico - Arnaldur Indridason


Un niño de ocho años aparece muerto y congelado en un barrio de los suburbios. Cuando una lee en la entradilla del libro que aparece congelado, lo imagina como dentro de un bloque de hielo. Pero no, claro. Cuando se vive en Islandia, el invierno es tan duro que caer al suelo herido supone la muerte por congelación.

El niño en cuestión tiene ocho años y es hijo de madre tailandesa y de padre islandés. Un niño bueno y adorable, querido por sus profesores y bien adaptado, llamado Elías. Su hermano Niram, nacido en Tailandia, no parece tan integrado y además ha desaparecido. Erlendur, Elinborg y Sigurdur Oli, los protagonistas de las novelas de Indridason, se encargan de investigar el asesinato del niño, pues había sido herido de unas puñalada en el hígado. La investigación se centra en el entorno familiar y escolar del niño, y especialmente en todo lo relativo a la xenofobia y el racismo. Aunque también se plantean los abusos sexuales, la resolución final del caso nos lleva a algo más terrible: la avidez por probar cosas nuevas, el aburrimiento de los niños, su soledad dentro del entorno familiar...

Se lee rápido, está interesante e intrigante y además te hacen darte cuenta de que los problemas sociales son los mismos en todo el planeta: la xenofobia, las drogas, la violencia en la familia, los abusos sexuales a menores, el acoso escolar... Indridason es, de los nórdicos, unos de los que más me gustan (con permiso de Mankell)

9 de enero de 2013

El verano de los juguetes rotos - Toni Hill


Ya estoy otra vez como con el libro anterior: leo "Toni Hill" y pienso que es una chica (como Toni Morrison) y que es, como mínimo, yanqui. Y resulta que no, que es un hombre barcelonés con todas las de la ley, que en su obra "El verano de los juguetes muertos" tiene como protagonista a un mosso de escuadra, argentino, eso sí, pero mosso. 

El mosso tiene nombre, se llama Héctor Salgado, y vuelve de su tierra de unas  vacaciones forzosas tras un episodio violento en un caso de prostitución y trata de mujeres. A su vuelta, se le encomienda extraoficialmente la investigación de algo que aparenta ser un suicidio de un chaval de buena familia y se le encomienda encarecidamente que no se entrometa en la investigación que le obligó a irse de vacaciones. Héctor se dedica a investigar su caso, introduciéndose en el mundo del pijerío barcelonés, al tiempo que nos vamos enterando de parte de su vida personal. Mientras tanto, la encargada del caso de prostitución se encuentra con que el principal sospechoso ha desaparecido y que todos los indicios señalan a Héctor, por lo que debe hacer un gran esfuerzo de investigación para no dejarse llevar por las apariencias y encontrar el quid de la cuestión. 

La novela va enganchando poco a poco, al principio me costó un poco, porque me la empecé a leer antes de navidades y el parón vacacional hizo que lo retomara un poco despistada, pero me enganchó y mucho, así que seguramente me leeré el segundo de la saga, "Los buenos suicidas".