14 de abril de 2015

Middlesex - Jeffrey Eugenides


Pasa mucho lo de no haber oído en tu vida sobre un tema y que de pronto aparezca por todos lados. Me pasó cuando leí "La cocinera de Himmler", que de pronto el genocidio armenio (sí, ese mismo que tiene ahora en jaque las relaciones diplomáticas entre Turquía y el Vaticano) salía por todos lados. En esta ocasión es el tema de los intersexuales. Tal vez no hubiera oído del tema porque antes se les llamaba hermafroditas. "Middlesex" es, en parte, la historia de una persona intersexual. Pero no sólo eso. Es un repaso a la familia Stephanides, desde la huída de la quema de Esmirna por los turcos en 1922 hasta el momento actual.

Desdémona y Lefty son hermanos. Viven en Grecia en un momento en el que la guerra con Turquía hace que las cosas no sean fáciles. Pero además, Desdémona y Lefty están enamorados el uno del otro. En su huída de la guerra embarcan hacia Estados Unidos, haciéndose pasar por desconocidos que se enamoran y se casan en el mismo barco. Ambos inician una nueva vida en Detroit, junto con una prima que vive allí y su marido, sin confesar a nadie la realidad de su parentesco. Lefty trabaja en la fábrica de la Ford mientras que Desdémona lo hace criando gusanos de seda para los negros. Se hace un repaso a la historia de Estados Unidos a lo largo de todo el libro. Tienen dos hijas, Desdémona y Zoe, que a su vez se casan. Desdémona se casa con Milton y tienen dos hijos: Capítulo Once (en ningún momento, o yo no he creído verlo, se explica el por qué de tal nombre) y Calliope. Pero Cally guarda sin querer un secreto: sus genitales. Todo el mundo da por hecho que es una mujer, pues sus testículos se encuentran retraídos y su pene es tan pequeño que parece un clítoris grande. Ni Calliope ni su familia descubren la verdad hasta que ella cumple los catorce. 

El libro es muy, muy interesante y entretenido. La historia va hacia adelante y hacia atrás (la cuenta un Cal ya de cuarenta años) pero no se hace liosa en ningún momento. Desde la cría de gusanos de seda al paternalismo de la fábrica Ford, desde el contrabando de alcohol durante la ley seca hasta los disturbios en Detroit, desde el estudio de la intersexualidad hasta la guerra de Vietnam, todo es entretenido de leer. De Eugenides ya había leído "Las vírgenes suicidas" en la que se basó Sofía Coppola para su película homónima, y me gustó bastante. Con esta otra novela me confirma que es un gran escritor. 

1 comentario:

Ismael Cruceta dijo...

Tiene muy buena pinta, la verdad.

Un beso!!