22 de julio de 2015

Atomka - Franck Thilliez


Me jode profundamente enterarme de que el libro que estoy leyendo es el quinto de una serie de la que no he leído los cuatro anteriores, porque hay una parte que me he perdido de la historia. "Atomka" es el quinto libro de la serie de Frank Sharko, un detective parisino.Sharko forma parte del equipo que investiga el asesinato de un hombre torturado y congelado; y lo hace junto a su compañera, en lo laboral y en lo sentimental, Lucie. Ambos tienen un pasado (cada uno por separado) triste y de desgracias personales: la mujer de Sharko estuvo secuestrada durante meses y murió en un accidente de tráfico junto con su hija, y las hijas gemelas de Lucie murieron en circunstancias que no acabo de entender. Ahora, Sharko y Lucie comparten sus vidas y tratan de tener un hijo en común.

El cadáver del congelador era un periodista y su pareja parece haber desaparecido. Tirando de hilos y más hilos, se encuentran con que el periodista estaba interesado en la aparición, hace años, de los cadáveres de mujeres en lagos de montaña, que habían muerto en extrañas circunstancias. De ahí encuentran más mujeres arrojadas a lagos, a temperaturas bajísimas, que habían sobrevivido gracias a avisos in extremis. Al tiempo, un niño muy enfermo es encontrado vagando solo, con el nombre la pareja del periodista escrito en un papel. El niño tiene altas dosis de elementos radiactivos en su cuerpo y todos sus órganos gravemente dañados. Además, la trama se embrolla aún un poco más cuando Sharko descubre que está siendo vigilado y que alguien que conocía al secuestrador de su mujer está tendiéndole una trampa. Muchas historias bien hiladas, que nos llevan de París a Chernóbil. Y a la vida después de la vida, y a ser congelado vivo hasta que la enfermedad que sufres tenga cura. 

También se aprende mucho sobre energía nuclear, bombas atómicas, residuos radiactivos... la verdad es que Thilliez se trabajó bien el tema antes de escribir. Y hace que se te pongan los pelos de punta. Él mismo aclara que, cuando estaba escribiendo la novela, después de haberse documentado y horrorizado sobre Chernóbil y pruebas atómicas, sucedió lo de Fukushima y vio cómo se repetían los mismos errores, cómo morían hombres, igual que en Chernóbil, al tratar de atajar las fugas de radiactividad. En fin...

El libro, excelente. Novela negra francesa, que para eso son los que tienen la fama.


13 de julio de 2015

El asesino de la regañá - Julio Muñoz Gijón


Las regañás son unos cuadraditos de pan crujiente, en mi casa somos adictos a las regañás, así que me llamó la atención el título.

Pero es que el libro no da mucho de sí. Una novela corta que no es otra cosa que la relación uno por uno de ocho asesinatos cometidos, supuestamente, con regañás. Ambientada en Sevilla, los sevillanos de más rancio abolengo deciden cargarse a los que han modernizado la ciudad de cualquier forma: arquitectura, restauración, diseño de modas... De Madrid viene un inspector que se encarga del caso, Villanueva, que junto con Jiménez, oriundo de la tierra, pasea de acá para allá haciendo prácticamente nada. Los asesinatos se suceden, uno tras otro, con las regañás de por medio, pero no averiguan gran cosa y al final se medio resuelve el caso de un modo casual. ¿Interés? Poco, tal vez la gracia de reconocer los personajes reales que se esconden detrás de algunos de los de ficción. Menos mal que como es cortísima, se lee en un pis pás y no es un tocho.

8 de julio de 2015

Los vecinos mueren en las novelas - Sergio Aguirre


136 páginas que se leen del tirón en una historia en espiral que te absorbe hasta el punto y final.

John se traslada con su mujer a vivir al campo. Tiene la costumbre de presentarse a los vecinos cada vez que cambia de casa, y en esta ocasión decide hacerlo cuando su mujer tiene que partir a Londres para atender a su padre enfermo. La única vecina de John es una anciana, la señora Emma Greenwold, que le invita a pasar y a tomar el te. John le cuenta que es escritor de novelas y ella, muy interesada, decide contarle la historia de algo que le ocurrió hacía muchos años, cuando viajaba en un tren a Edimburgo. Y con esa historia comienza una espiral de historias con un final sorpresivo y estupendo. 

Buenísimo. Es como una película de Hitchcock, subiendo la tensión de la trama hasta el final, haciendo el ambiente irrespirable y denso. No os lo perdáis que es buenísimo.

6 de julio de 2015

Arde Chicago - Charlotte Carter


Chicago, 1969. Una muchacha negra desaparece y su abuelo pide ayuda para encontrarla. Por supuesto, no la pide a la policía porque tras los disturbios por la muerte de Martin Luther King no están por la labor de ayudar a los negros, sino a Woody, el tío abuelo de Cassandra. Nos adentramos en los barrios negros de Chicago donde todo es miseria y cutrez, y en los grupos de protesta de negros universitarios, desde donde se lucha contra el poder (blanco) establecido. 

Cassandra tuvo una infancia de mierda, y sólo se libró de ser una adolescente problemática gracias a que su madre la abandonó y su abuela se murió cuando Cass empezaba a despuntar. Ivy y Woody la acogieron en su casa y le dieron una educación que no habría tenido en otras circunstancias. Ivy y Woody son negros, sí, pero de un estatus diferente al de los negros empobrecidos. Y es a Woody a quien el abuelo de la muchacha desaparecida pide ayuda. Y pronto se da cuenta de que esa desaparición es, cuanto menos, rara. Y peligrosa para sus vidas. Y se van metiendo los tres en una trama violenta en extremo que les hace arriesgar sus vidas.

Es un libro muy al estilo de las pelis de Humphrey Bogart. Te lo imaginas en blanco y negro, con esos cochazos de antes. Pero no me ha acabado de calar, la verdad. Aunque es corto y se lee bastante rápido, no ha sido una historia que me haya acabado de gustar.