30 de julio de 2013

Misión Olvido - María Dueñas


¿Qué tiene que ver la portada con el libro? Nada.
¿Qué tiene que ver "Misión Olvido" con "El tiempo entre costuras"? Exclusivamente que la protagonista es una mujer. Aparte de eso, nada. Y eso defrauda. Cuando una se ha leído "El tiempo entre costuras" espera que la siguiente novela de la autora sea igual de buena (o más), pero en este caso la historia ha tardado en engancharme (y, realmente, lo único que me ha enganchado es la parte de la trama en que Daniel Carter estudia y vive en Madrid), y lo demás me parece prescindible.

Blanca es una mujer en los cincuenta, recién abandonada por su marido, que se ha ido con otra más joven a la que, además, ha dejado embarazada. Decide pues Blanca poner tierra de por medio y tiene la potra de topar con una beca por tres meses en una Universidad de la costa oeste estadounidense, creada para poner en orden el legado de Andrés Fonseca, un investigador exiliado español. En Santa Cecilia, ciudad en la que se halla la universidad, recala Blanca y conoce a Daniel Carter, un afamado estudioso de la lengua española; a Rebecca, compañera del departamento y profesora; a Luis Zárate, jefe del departamento; a Fanny, algo parecido a una chica para todo en el departamento; y a Darla Stern, madre de Fanny y con una relación pasada con Andrés Fonseca. 

Pero la historia del legado, sus implicaciones con el centro comercial que se va a construir en un pinar cercano a la universidad, la historia de Blanca, todo eso carece de interés. A ratos apetece darle una colleja a ver si espabila. Ni siquiera la investigación sobre las misiones franciscanas en California resultan interesantes. Ya digo que lo único entretenido y apetecible de la obra es la vida de Daniel Carter en España y el contraste cultural que tiene lugar.

18 de julio de 2013

Fahrenheit 451 - Ray Bradbury


El título del libro hace referencia a la temperatura a la que arde el papel.

El protagonista de esta novela es Montag, un bombero. Pero los bomberos, en este libro, en esta época, no apagan fuegos. Desde que las casas se empezaron a construir envueltas en un material incombustible, los bomberos dejaron de cumplir su función hasta que se les buscó otra: quemar todos los libros que existieran. Los libros traen las desgracias, y por eso hay que quemarlos. En un mundo en el que todo está controlado, en el que la televisión ha sustituido a todas las demás fuentes de conocimiento, ocupando todas las paredes de los salones e interactuando de forma personal con la gente, los libros sobran. Montag lo sabe y está orgulloso de su trabajo. Pero cuando conoce a su vecina Claire, una muchacha con extrañas ideas, se da cuenta de su soledad y del mundo que le rodea y empieza a sentir curiosidad por los libros, hasta el punto de llevarse algunos a casa para saber qué es lo que tienen de malo. 

Para una persona como yo, que ama la lectura y lee siempre que puede, imaginar un mundo sin libros es algo atroz. Si encima además lo que hay es tele a todas horas, se me ponen los pelos como escarpias sólo de pensarlo. "Fahrenheit 451" es como un gran hermano (donde, por cierto, tampoco hay libros) pero a lo bestia, apocalíptico. Y te hace reflexionar especialmente en momentos como el actual, en el que la cultura y el conocimiento ya no son rentables y la tele, internet y los medios de comunicación de masas globalizan el conocimiento y lo aplanan y nos atontan.

Además, se lee en un visto y no visto. Muy recomendable. 

17 de julio de 2013

Caperucita en Manhattan - Carmen Martín Gaite


Leí por primera vez "Caperucita en Manhattan" en febrero de 1991. Me hizo conocer a Carmen Martín Gaite, de la que hasta entonces no había oído hablar, y es algo de agradecer. Lo he retomado porque he leído alguna crítica reciente en el blog "La caverna literaria".

"Caperucita en Manhattan" es la historia de Sara Allen, una niña con una madre insoportable, un padre apenas presente y una abuela maravillosa. Sara vive en Brooklyn y sueña con vivir con su abuela en Manhattan. Sara no tiene miedo, hace preguntas incómodas y se entera de muchas cosas que sus padres creen que no sabe, porque les escucha a través del tabique que separa sus dos habitaciones. La madre de Sara es una apasionada de la tarta de fresa, y la hace en cualquier ocasión y sobre todo cada sábado, cuando Sara y su madre van a ver a su abuela y a ordenar un poco su casa. La madre de Sara está empeñada en que la abuela se vaya a vivir con ellos, y poder cuidarla como se merece, pero la abuela prefiere su libertad y no tener que aguantar a la pesada de su hija. Sara es un espíritu libre, como su abuela, y está aprisionada en una familia horrible. Pero encontrará su oportunidad cuando sus padres tienen que irse por el fallecimiento de un familiar y queda a cargo de una vecina. Entonces, con la excusa de ir a llevar la tarta de fresa a su abuela, se escapa de casa y vive la aventura de su vida.

Es un libro precioso, que debería hacernos reflexionar a los que tenemos hijos para que nuestro comportamiento con ellos, hacia ellos, sea más fluido, menos dominante. La primera vez que lo leí yo no tenía hijos ni pensamientos de tenerlos, y también me pareció un libro precioso. Ya digo que este cuento me descubrió a Carmen Martín Gaite, de la que luego he leído prácticamente todo. Por algo sería.

11 de julio de 2013

Studio Sex - Liza Marklund


Studio Sex es un programa de radio. También es el nombre de un tugurio en Estocolmo, a medio camino entre un local de  striptease de Las Vegas y un puticlub. Allí trabajan Josephin y Patricia. Pero Josephin aparece muerta una mañana, desnuda y tirada en el cementerio judío. La policía se pone a investigar y los periodistas también. Annika Bergtzon es una becaria de un periódico que se lanza a la investigación de este asesinato en plancha, pues se juega mantener el puesto al finalizar el periodo de beca. A base de ser pesada consigue cierta información importante gracias a una vecina de la fallecida y a un policía llamado Q. Se hace amiga de Patricia, con la que Josephin compartía piso, y descubre que la asesinada tenía un novio, Joachim, dueño del garito donde trabajaban, que no parece ser el yerno que toda suegra ansiaría. 

Annika es de un pueblo perdido de Suecia y tiene un novio que se llama Sven que está deseando que se vuelva para el pueblo. Ella va cuando puede, pero no parece tener ganas de quedarse allí a vivir: la única relación buena con su familia es con su abuela, que vive en verano en una cabaña perdida en el bosque, y con su gato Whiskas. 

El caso de Josephin se complica cuando el ministro de Comercio Exterior confiesa ser el asesino de la muchacha, pero Annika no se lo acaba de creer, convencida como está de que el asesino es Joachim, que tiene un perfil de maltratador que echa para atrás. 

Cada capítulo comienza con un fragmento de lo que parece ser un diario de una muchacha, no se sabe quién, que relata su relación con su pareja, un hombre encantador al principio, que va minando la autoestima de la chica en un claro perfil ascendente, hasta que casi la mata. Este hombre encantador, igual que el de Marian Keyes, no lo es en absoluto, y crea un desasosiego tremendo a lo largo de la novela. Y cuando se descubre quién es (lo vas sospechando) y se llega a ese desenlace, el nudo se te deshace en el pecho. 

Está bastante bien. Pero casi, casi, lo que más me ha gustado, ahora que los políticos están "debatiendo" sobre la ley de transparencia (jajaja) es descubrir que en Suecia cualquier ciudadano, sin necesidad de identificarse, puede solicitar copias de las facturas de gastos de todos los miembros del gobierno y de todos los organismos estatales y saber si se lo gastan en putas o en peluquería. ¿Os imagináis algo así aquí? ¡Los periódicos no tendrían suficiente papel para contarlo todo! 


9 de julio de 2013

1969 - Jerónimo Tristante


¿Cómo se investigaba un asesinato antes de que hubiera pruebas de ADN, bases de datos, ordenadores, móviles, tablets y demás zarandajas? Pues léete este libro, que además transcurre en Murcia en el año 1969 (de ahí el título de la novela), y lo sabrás. 

El protagonista es Julio Alsina, un policía armado (así se llamaban antes de ser policías nacionales) abandonado por su mujer, sumido en el alcohol, rebajado por sus circunstancias a lo más cutre del escalafón policial. Es un hombre solo, que vive en una pensión, y que se chupa todas las guardias de las noches festivas de navidad porque no tiene con quién pasarlas. Y es en la guardia de Nochebuena cuando le llaman para contarle que una mujer se ha suicidado tirándose desde el campanario de la catedral. Lo que aparentemente es el suicidio de una prostituta se convierte en asesinato tras la autopsia, si bien se le ordena no investigar más, pues, al fin y al cabo, se trataba de una prostituta. Julio deja de beber y se empecina en investigar esa muerte. En sus investigaciones coincide con su vecina Rosa, líder de la Sección Femenina en Murcia y encargada de recoger ovejas descarriadas y devolverlas al rebaño. Rosa es facha, facha, pero parece tener buen corazón. Y entre ambos van tejiendo la historia de la prostituta y de otros asesinatos y desapariciones sucedidos en el pueblo de La Tercia, mezclados con perversiones sexuales que yo creía (tonta de mí) que no existían en los tiempos de Franco, junto con los métodos de la Brigada Político-Social, la rancia sociedad de esa época en España, las críticas de Julio al franquismo, al machismo, al Opus y a un amplio abanico de cosas que sorprende viniendo de un policía de esa época. Todo mezclado con noticias de la época y con la llegada del hombre a la Luna, episodio de importancia en la trama de la novela. 

Los personajes están muy bien trazados. El ambiente social opresivo de la época, también. Y la historia te va enganchando a pesar de los giros extraños. Os la recomiendo. Yo me voy a poner a buscar ya mismo alguna otra cosa de Tristante. 

3 de julio de 2013

El guardián invisible - Dolores Redondo


No había oído hablar de esta novela hasta que mi compañera Silvya me la pidió. Como en alguna otra ocasión me ha pedido otras cosas que me han gustado muchísimo (ella es la responsable de que me haya enganchado al Departamento Q, por ejemplo), procedí a leerme ésta.

"El guardián invisible" está protagonizada por la inspectora de la Policía Foral Amaia Salazar, y transcurre casi en su totalidad en Elizondo y el Baztán. Amaia es la responsable de la investigación del asesinato de una muchacha que ha aparecido muerta en extrañas circunstancias, en una especie de "escenario" recreado para el cadáver. Pronto averigua que un mes antes otro cadáver de otra muchacha había aparecido cerca de allí, y se traslada de Pamplona, donde reside, a Elizondo, de donde es natural, a investigar. Allí se lleva a su marido, un artista inglés que la tiene en palmitas. Y se queda a vivir esa temporada en casa de su tía Engrasi, reencontrándose con sus hermanas, Flora y Ros. Ese reencuentro con su familia y su pueblo le hace reencontrarse con un pasado que creía olvidado y que forma una parte importante de la trama de la novela. También es importante en la novela la mitología del Baztán, la Mari (que también estaba presente en otra novela que leí no hace mucho, "Tiempo de arena", de Inma Chacón), los basajaunes, las begiles... En fin, para una descreída de todo eso como yo, toda esa parte sobra y resta credibilidad a la investigadora. 

"El guardián invisible" engancha, aunque a ratos me sobre un poco tanto la mitología como las comidas de tarro de Amaia. Y no digamos ya el rollito FBI y esa parte que transcurre en Nueva Orléans, que no pinta ná de ná. Sin embargo, la historia de Amaia y su madre es tan brutalmente sobrecogedora que te deja con el corazón encogido un buen rato.

El final es un poco como "corre, corre, que llegamos a la página 650 y de aquí en adelante ya no nos pagan ná". Una vez resueltos los crímenes, todo lo demás se resuelve en un pispás. Pero vamos, no está mal, se lee, engancha, entretiene y aprendes mucho sobre el Baztán (que no es sólo una estación de metro de Madrid).